Ágreda, en la provincia de Soria, tiene una belleza singular, mantiene tradiciones antiguas como la de los “felipecuartos” y cuenta con un paseo de castaños de Indias casi único en Europa.Muy cerca del Moncayo (2.314 m), en la provincia de Soria se encuentra un enclave muy especial: Ágreda. En él pueden encontrarse vestigios de las tres religiones y tres culturas: cristiana, judía y musulmana.
El pueblo cuenta hoy con una población de 3.000 habitantes. Está bien comunicado por autopista y se encuentra en un punto casi equidistante entre Zaragoza y Logroño, aunque las capitales más cercanas son Soria y Tarazona.
Los aires que bajan del Moncayo se hacen notar en esta zona.
Ágreda se encuentra en una frontera imaginaria entre Castilla y Aragón, y antes entre el norte cristiano y el sur musulmán hasta bien entrada la Edad Media. De ahí que tenga un perfil labrado por los siglos, una vez en tiempos de paz y otras en medio de duras contiendas. Tiene un desnivel importante, para desanimar al enemigo, y todavía hoy pueden verse torres almenadas y arcos de herradura. Especialmente hermoso es el de la Puerta Árabe, que encontramos al caminar por la localidad, en un muro ancho de piedra.
La iglesia de San Miguel y el convento de las Concepcionistas son joyas de arquitectura religiosa cristiana, aunque la más importante es la iglesia de Nuestra Señora de los Milagros, con una preciosa Capilla del Carmen.
El convento de las Concepcionistas queda a las afueras. Allí se conservan los restos de Sor María de Jesús de Ágreda, que tuvo el don de la bilocación, junto con enseres de la religiosa en un pequeño museo.
El Santo Oficio acreditó que era cierto que mientras que la Madre de Ágreda no había salido de su convento, en Brasil algunos indios decían que habían sido evangelizados por ella.
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La procesión de Viernes Santo
No hay que perderse la Semana Santa de Ágreda, en la que salen los “felipecuartos” a procesionar, ataviados como en la época de aquel rey, con chorreras y gola al cuello, sombrero de ala ancha, calzón y chaleco, en blanco y negro. Esta procesión se hace en Viernes Santo y servía para acompañar a los difuntos al cementerio. La Cofradía mantiene hoy el vestuario de moda del reinado de Felipe IV, en blanco y negro, y de ahí el nombre de los que participan.
También el Viernes Santo se vive el Sermón de las siete Palabras con otra procesión.
Un jardín renacentista
De la sinagoga puede verse que queda la zona correspondiente al ábside, en un paseo que uno puede dar para acercarse al Palacio de Don Diego de Castejón, que cuneta con una joya en su interior: un jardín renacentista.
Plantadas siguiendo formas geométricas y basándose en la armonía y la simetría, el jardín contiene más de 100 especies, entre ellas lavanda, narciso del poeta, azucena, orégano, madreselva, lirio blanco, manzanilla, azafrán. clavellina o cardo. Para quienes sueñan con tener un huerto en casa, la disposición de este -casi único en Castilla y León- les inspirará.
Para más información, se puede consultar la página www.agreda.es
En cuanto a la gastronomía, los aires fríos y secos del Moncayo hacen que curen muy bien los embutidos de esta tierra. También la repostería es sabrosa. En torno a diciembre y Navidad, es muy agredeño el cardo rojo. Un cardo que en primavera se cubre de tierra como una pirámide para tomarlo en ensalada en diciembre.