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Sábana Santa: ¿Las manchas de sangre son falsas?

SABANA SANTA
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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 18/07/18
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Expertos internacionales responden a una reciente investigación que causa clamor mediático La noticia le ha dado la vuelta al mundo. Desde el Vaticano y la arquidiócesis de Turín, Italia, llega una respuesta científica al estudio, realizado por dos expertos italianos en medicina forense, que consideran que la mitad de las manchas de sangre presentes en la Sábana Santa, la tela que se cree sirvió para envolver el cuerpo de Cristo, son falsas.  

La investigación, publicada en el Journal of Forensic Sciences, fue realizada por Matteo Borrini, de la Liverpool John Moores University, y por Luigi Garlaschelli, del Comité para el Control de las Afirmaciones sobre las Pseudociencias (CICAP), y divulgada este martes por varios medios italianos e internacionales. 

El custodio pontificio del Sudario de Turín, el arzobispo Cesare Nosiglia destacó “el principio de la neutralidad” que debería tener quien enfrenta con método rigurosamente científico la cuestión de la autenticidad de la Síndone. Además, Paolo Di Lazzaro, experto internacional en Sindonología consideró que existen elementos que llaman la atención del estudio, al mismo tiempo que los consideró poco rigurosos. 

El científico pone en duda el goteo de la sangre y las mediciones en el laboratorio. En efecto, Garlaschelli prestó su propio cuerpo para hacer el experimento en el que se usó sangre verdadera y artificial”. 

En este sentido, el prof. Paolo Di Lazzaro, cuestiona usar un voluntario en buen estado de salud en “cuya piel limpia se derrama sangre fluida que contiene un anticoagulante”. 

Estas condiciones de acompañamiento son muy diferentes a las presentes en la Sábana Santa: no tienen en cuenta la presencia sobre la piel del hombre en la Sudario expuesta a tierra, suciedad, sudor, contusiones de flagelación e incluso que acentúan la viscosidad de la sangre debido a la deshidratación severa”. 

Di Lazzaro, específicamente se refiere a los experimentos realizados por Borini y Garlaschelli en 2014. Quienes indican varias “contradicciones” para argumentar que el Santo Sudario es solo  “una representación artística o didáctica de la pasión de Cristo realizada hacia el siglo XIV”. 

Por su parte, el arzobispo Cesare Nosiglia plantea: “Porque si uno parte de una preconcepción y orienta la investigación para demostrarlo, fácilmente, llegará a confirmarlo … En este caso, ya no son los hechos los que cuentan, sino las ideas preconcebidas anulando así la propia neutralidad de la ciencia con respecto a las convicciones personales”. 

“Sin embargo,  – manifiesta la autoridad eclesial – todo esto no afecta el significado espiritual y religioso de la Sábana Santa como un ícono de la pasión y la muerte del Señor como lo definieron las enseñanzas de los pontífices”. 

Argumentó que “nadie puede negar la evidencia de que contemplar la Sábana es como leer las páginas del Evangelio que nos hablan de la pasión y muerte del Hijo de Dios en la cruz”. 

“La Sábana Santa – agregó – que bien no es objeto de fe, sin embargo, ayuda a la fe porque abre el corazón de quienes se acercan y la contemplan para tomar conciencia de lo que fue la pasión de Jesús en la cruz”. 

Pues, ayuda al discernimiento “del mayor amor que nos mostró al sufrir una terrible violencia física y moral por la salvación del mundo entero”. 

Con estos argumentos el arzobispo Cesare Nosiglia indicó que esto siempre ha sido y sigue siendo “la razón por la cual millones y millones de fieles de todo el mundo veneran, oran y contemplan la Sábana Santa y traen esperanza para su vida cotidiana”. 

En cuanto al río de titulares y noticias que claman al falso, el prof. Paolo Di Lazzaro, director de investigación y director adjunto de Enea, Centro Internacional de Turín de Sindonología consideró que “no se puede pensar en reproducir las condiciones reales de los goteos de sangre en el cuerpo de un crucificado sin tener en cuenta todos estos factores que van a influir mucho en el camino de la salida de la sangre”. 

Esto porque los investigadores que consideran la Síndone un falso artístico se basaron en la misma metodología utilizada en las escenas de crímenes, y argumentaron que muchas manchas de sangre no son compatibles con la posición de una persona crucificada. 

“No hay nada de científico”, tronó en Vatican News, en italiano, el portal de información de la Santa Sede, la investigadora Emanuela Marinelli, experta internacional de sindonología. 

“¿Pero le parece un criterio científico tomar un maniquí de los que se usan para la ropa en los escaparates y con una esponja empapada de sangre artificial fijada en una pieza de madera poner en el lado derecho de la marioneta sangre para ver dónde cae?”, cuestionó Marinelli. 

Marinelli replicó el trabajo de Borrini y Garlaschelli, quienes afirman: “Simulamos la crucifixión con cruces de distintas formas, de diversos tipos de madera y con diferentes posiciones del cuerpo: brazos horizontales, verticales, sobre la cabeza”. 

“Esto – continuó la experta en sindonología –  no tiene el rigor de otras investigaciones como las llevadas a cabo hace cuarenta años sobre cadáveres de hombres muertos con hemopericardio (como presumiblemente ocurrió con Jesús), colocados verticalmente y cortando con un escalpelo entre el quinto y el sexto costado, como lo hizo la lanza del soldado romano”. 

Masonería 

Marinelli sostiene además que existen secuaces de ideologías que pagan investigaciones pseudocientíficas  y existen instituciones dispuestas a publicar resultados preconcebidos. Entonces, pregunta por qué una institución como la Universidad de Liverpool ha decidido validar y publicar una investigación que presenta no pocas dudas en la metodología, cuestiona. 

La experta cita la carta del cardenal, Anastasio Ballestrero, ex custodio de la Síndone, que envió a su asesor científico, el ingeniero Luigi Gonella, en la que asevera firmemente que en la datación con el carbonio 14 (posteriormente refutado por varias  importantes investigaciones sucesivas), hubo la intervención de los masones que querían a toda costa demostrar que la Sábana Santa era de periodo medieval”. 

En suma, la experta asegura que existen enemigos negacionistas de la resurrección de Cristo listos a pagar y financiar  investigaciones para contrastar que el “Sudario” sea verdadero. 

“Como dijo el Cardenal Giacomo Biffi: para un católico, descubrir que la Sábana Santa es falsa no cambia nada. Sin embargo, todo cambia para un ateo. Y tal vez esto es temido por aquellos que quieren probar la falsedad a toda costa”, dijo Marinelli.  

Sábana Santa

La reliquia es un lienzo de 436 centímetros de largo por 110 de ancho, y representa a un hombre que fue crucificado con clavos en las manos y en los pies.  El Sudario fue fotografiado en 1898 por primera vez y la imagen coincidió con un “perfecto negativo” de Jesús crucificado envuelto en la Sábana y considerado como un “milagro”. 

Así, por decenios se han levantado debates científicos, pastorales, teológicos. La Iglesia ha mantenido prudencia y rigor científico sin manifestarse en términos de aprobación, sino respetando la devoción popular y su simbolismo trascendental.  

Provocación

Por su parte, el arzobispo Cesare Nosiglia también sostiene que “a lo largo de los siglos, y con mayor frecuencia en los últimos años, ha habido muchos intentos de abordar la autenticidad de la Sábana Santa”. Pero, “en muchos casos demostraron ser científicamente poco confiables”. 

“Los estudios y la investigación, si se realizan con criterios científicos y sin hipótesis prejuiciosas, estimulan una confrontación serena y constructiva, confirmando lo que dijo San Juan Pablo II: «La Sábana Santa es una provocación constante para la ciencia y la inteligencia»”.

En fin, uno de los pensadores más queridos por papa Francisco nos recuerda que la nobleza cristiana consiste en una fuerte tendencia a buscar siempre lo más elevado, lo más valioso, incluso sin renunciar ni a la técnica ni a la ciencia, ni a la política: “lo que necesitamos –escribió Romano Guardini- no es menos técnica, sino más; mejor dicho, una técnica más fuerte, más reflexiva, más humana… más espiritual, mejor conformada”.

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