Ahora, la inteligencia artificial puede detectar potenciales casos… ¡Y salvarlos!
Según los datos más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015, la tasa de suicidios media en Latinoamérica fue de 9,8 por cada 100.000 habitantes.
Esto significa unas 65.000 muertes anuales. En México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2015 se reportaron 6.285 suicidios en todo el país, lo que se traduce en una tasa de 5,2 por cada 100.000 habitantes.
Guyana, Uruguay y Chile son los países que exhiben las mayores tasas de suicidios en América Latina de acuerdo al ránking elaborado por World Health Rankings- World Life Expectancy. Los siguen muy cerca, Cuba y El Salvador. Guyana lidera a nivel mundial el tema con una tasa de suicidios de 32,5.
En la parte media-alta de la tabla, aunque con una tasa considerablemente más baja, está Uruguay ocupando el sitio 34 con 14,0. Varios puestos después se encuentra Chile, en la casilla 59 con un tasa de 10,7. Cuba está en el lugar 61 con 10,5, igual que El Salvador. Nicaragua se observa en el lugar 73 con una tasa de 9,6.
Entre las naciones con tasas mediana-baja vemos a Argentina (80) con tasa de 9,1; Ecuador (85) 8,2; Guatemala (96) 7,4; Costa Rica (100) 7,0; Panamá (105) 6,6; Honduras (109) 6,4; Colombia (117) 6,0 y Brasil (120) 5,8.
En la parte baja de la tabla, con una tasa baja de suicidio, se ve a República Dominicana (127) 5,1; Paraguay (136) 4,8; México (146) 4,5; Venezuela (161) 3,6; Bolivia (161) 3,6 y Perú (179) 1,6.
De acuerdo con información divulgada por la agencia EFE, estudiantes egresados de la Universidad de Guadalajara (UdeG) trabajan en el desarrollo de un bot que, a través de una serie de algoritmos, logre detectar factores de riesgo y conductas suicidas en los jóvenes, informó en un comunicado el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). El propósito es que el bot pueda interactuar con los usuarios mediante el servicio de mensajería que ofrece Facebook y que cuando existan factores de riesgo de suicidio se pueda derivar a la persona para la atención necesaria.
Las tasas de homicidios en América Latina son sustancialmente más elevadas que en otras regiones del mundo, al punto que un cuarto de los homicidios del mundo ocurren en América, a pesar de que sólo alberga el 10 % de la población mundial.
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Las razones de tal desequilibrio no están del todo claras –según los expertos- pero pueden tener que ver con considerables diferencias culturales, la disponibilidad de armas o el consumo de alcohol, que también influye fuertemente en muchas partes del mundo.
Para los especialistas, una causa adicional de la elevada tasa de homicidios, que alcanza picos en varios países centroamericanos y del Caribe, puede estar relacionada con la estructura de edad de la población, pues la violencia afecta predominantemente a los hombres jóvenes.
Otros datos interesantes los aporta Brasil con la estadística más alta en depresión de su población, al igual que Cuba, que ocupa el séptimo puesto en suicidios en el continente. La imagen de país alegre de Brasil contrasta con los 11,5 millones de personas que sufren depresión, superando la media mundial del 4,4 %.
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Numerosos estudios han confirmado que factores como la discriminación y vivir en la pobreza promuven la aparición de comportamientos suicidas. Las poblaciones indígenas son las más afectadas del continente debido a la explotación que sufren por parte de grupos armados. Y entre los jóvenes distintos estudios han señalado la relación entre un bajo apoyo social y el deseo de dejar este mundo.
Algunos psicólogos brasileños han situado la causa del avance de la depresión en Brasil en “la falta de valores” de la sociedad. Según los especialistas, hay “una cuestión cultural de pérdida de valores, en un país extremadamente erotizado”. El pedido de libertad a través del sexo, que comenzó en los años 60, “era un movimiento con una filosofía por detrás; pero es algo que se perdió en los años 90, ahora solo hay erotización por erotización”.
En los últimos años, en Cuba se ha incrementado este fenómeno por el envejecimiento de la población y la economía del país. Señalan a la soledad de los ancianos, las dificultades económicas o los problemas sociales como factores que pueden propiciar una profunda depresión.
En Cuba llama la atención, particularmente, el suicidio político, al punto de llevar al famoso escritor, Guillermo Cabrera Infante, a desarrollar un memorable ensayo sobre el suicidio en la isla.
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Antes de la revolución, quizá el más famoso fue el de Eduardo Chibás, líder ortodoxo. Apenas comienza el proceso, el sonado caso del director de la revista Bohemia, Miguel Angel Quevedo. Luego, impresiona la gran cantidad de dirigentes políticos de la Revolución cubana que se han quitado la vida, entre otros, Haydeé Santamaría, Osvaldo Dorticós, Nilda Espín (hermana de Vilma Espín, esposa de Raúl Castro) y su esposo Rafael Rivero, el ex ministro de Comercio Exterior Alberto Mora, y el ex asesor económico de Fidel Castro, en tiempos de “la zafra de los 10 millones”, Javier de Varona. Hace poco se ha quitado la vida Fidel Castro hijo, que se hizo experto en cuestiones nucleares en la URSS.
Los motivos pueden ser muchos: problemas de sobrevivencia, una genética que arrastra carencias de todo tipo -especialmente afectivas- frustración, desesperanza y ausencia de Dios lo que despoja de sentido a la existencia humana. Lo cierto, es que “El suicidio -escribió Albert Camus- es el único verdadero problema filosófico: abre y cierra todas las preguntas de la vida”.