Estrella en Brujas, Sevilla, Milan y Villarreal, este futbolista fue vendedor de pescados y ayudante de buses en su pueblo natal
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Sin falsas posturas, Carlos Arturo Bacca Ahumada dijo hace poco al diario español El País: «Creo en Dios y lo llevo en mi corazón. Él me apartó del mal camino y me dio las cualidades para jugar al fútbol. Por eso cada vez que marco elevo mi vista al cielo».
Su encuentro con la fe se remonta a 2010, año en el que era la figura del Junior de Barranquilla, equipo que prácticamente tenía definida la venta de su pase a un prestigioso club italiano. Bacca Ahumada recuerda que la negociación fracasó porque la prensa lo involucró en graves actos de indisciplina fuera de la cancha, con licor, música a todo volumen y mujeres. Aunque aclara que fue un escándalo en el que participaron varios compañeros, el más perjudicado al ser acusado como el principal responsable se frustró su sueño de ir a Europa muy joven.
“Ese problema me ayudó a poner los pies sobre la tierra y a ver que podía dañar mi carrera. Seguí mi camino, empecé a creer más en Dios, a trabajar más fuerte. Después se dio la oportunidad de ir a Bélgica, al Brujas, un club que me brindó todas las facilidades para mí y mi familia”, anotó el Bacca Ahumada en una entrevista con la web del Sevilla, equipo español en el que fue goleador y doble campeón de la Liga de Europa entre 2013 y 2015.
Al evocar su paso exitoso por esos clubes y luego en el AC Milan y el Villarreal ―su actual equipo― el colombiano no vacila en reiterar que su carrera, en la que ha convertido más de 260 goles, está motivada en una fe profunda. “Siempre he confiado en Dios y aunque siendo muy pobre deseaba ser profesional, jugar en Europa y vestir la camiseta de Colombia, nunca perdí la fe. Estoy seguro que me preparó para todo esto que he vivido y a Él debo mi vida y mi profesión”, declaró recientemente Bacca a periodistas de su país.
Ejemplo de superación
Carlos Arturo nació en un hogar muy pobre de Puerto Colombia, pequeña población a orillas del mar Caribe. Desde niño, para ayudar al sostenimiento de su casa, trabajaba vendiendo pescados en las calles y en otras ocasiones servía como ayudante de los buses que cubrían la ruta entre su pueblo y Barranquilla, la capital regional.
Pese a sus ocupaciones y al sentido del deber, le quedaba tiempo para ir a la escuela, jugar con los amigos del barrio y asistir a una modesta academia deportiva que le ayudó en su formación y lo proyectó como atacante. Con ese rótulo llegó en 2008 al Junior, equipo en el que fue goleador en dos temporadas del rentado colombiano.
Además de sus padres, Gilberto Bacca y Eloísa Ahumada, el apoyo de su novia Shayira Santiago Quiroz fue fundamental en su crecimiento. Aunque era una joven recién graduada como ingeniera civil, ella siempre lo apoyó para que no se rindiera ante las adversidades y pese al ‘qué dirán’, le ayudaba con dinero para que fuera a los entrenamientos y tuviera alguna comodidad. Al poco tiempo se casaron y tuvieron a Carlos Daniel y a Karla Valentina con quienes han vivido en Colombia, Bélgica, Italia y España.
El afecto hacia Shayira es tan grande que hace pocos meses, cuando le preguntaron por qué tenía una mujer tan sencilla y no una top model, el hombre con la camiseta número 7 de Colombia respondió con desparpajo: “Sencillo. Fue la única mujer que me quiso cuando yo vendía pescado y no era nadie. Fue la única que me brindó su compañía y amor desinteresado”.
Bacca Ahumada expresa su fe sin temores, bien sea en los entrenamientos, al marcar goles, en las entrevistas y en redes sociales como Instagram (@goleador70) en la que es un activo difusor de breves citas de los Evangelios: “Solo cree y espera que el Señor, tu Dios, lo hará posible”; “De tu mano, mi Dios”; “La gloria y la honra para ti, mi Dios”.
Poco antes de la sorpresiva derrota de Colombia ante Japón (1-2) en su debut en Rusia 2018, Carlos escribió una frase que utiliza con frecuencia: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Esta cita, como si fuera un mandato, también la han reiterado futbolistas del seleccionado colombiano como Radamel Falcao García y Jerry Mina quienes nunca han ocultado sus creencias religiosas.