Los jóvenes invitan a los obispos a reflexionar con libertad de los temas, considerados más controvertidos; contracepción, aborto, homosexualidad y la convivencia antes del matrimonio La oficina de prensa de la Santa Sede ha presentado hoy, 19 de junio 2018, el instrumento de trabajo del Sínodo: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional (3-28 de octubre 2018). El Papa Francisco hizo un llamado a la Iglesia para ponerse al servicio de los jóvenes, es decir, en posición de escucha de un cuarto de la humanidad del mundo entero.
El papel de las jóvenes mujeres en la Iglesia, las vocaciones no solo presentes en el sacerdocio o en la vida religiosa, la homosexualidad, los migrantes. Los jóvenes quieren una Iglesia que sea luz ejemplar para ellos y el mundo, y aborrecen los escándalos relacionados con la pederastia y los abusos sexuales.
El texto insta al discernimiento en las enseñanzas de la Iglesia en relación con la vida cotidiana, pues muchos jóvenes católicos no siguen las indicaciones de la moral sexual de la Iglesia. Los jóvenes quieren que también les guíe en el ámbito de “la sexualidad”, reflexionando sin prejuicios.
Los Obispos que participarán en el encuentro contarán con un documento que nace de la escucha de los jóvenes de cinco continentes a través de cuestionarios (100 mil jóvenes) y el resultado de un pre-sínodo realizado en Roma (19-24 marzo 2018) que abrió el mismo papa Francisco.
El texto reúne en tres partes (reconocer, interpretar y elegir), los sueños, las esperanzas y las dificultades de los casi 2 mil millones de jóvenes del mundo, entre 16 y 29 años.
La conferencia de presentación estuvo a cargo del cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del sínodo de los Obispos, monseñor Fabio Fabene, sub-secretario; el sacerdote Giacomo Costa SJ, Secretario Especial de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos; y el sacerdote Rossano Sala, S.D.B., Secretario Especial de esta XV Asamblea.
Sexualidad
Se trata de un documento que aborda concretamente, entre otros argumentos, el descubrimiento y la valorización del “significado de la diferencia sexual” e incluso en las vocaciones.
En este sentido, la vocación en su relación entre el “cuerpo”, “la afectividad” y la “sexualidad”.
“Los estudios sociológicos – cita el documento – demuestran que muchos jóvenes católicos no siguen las indicaciones de la moral sexual de la Iglesia. Ninguna Conferencia Episcopal ofrece soluciones o recetas, pero muchas consideran que “la sexualidad debe ser discutida” abiertamente y sin prejuicios.
El Papa pidió a los jóvenes en el pre-sinodo franqueza. Y ellos respondieron evidenciando que existen temas controvertidos, abiertos, que se debaten tanto dentro como fuera de la Iglesia: la contracepción, el aborto o la homosexualidad y la convivencia antes del matrimonio.
“Existen jóvenes católicos que encuentran en las enseñanzas de la Iglesia una fuente de alegría y desean que ella, ‘no solo continue’, sino que tenga mayor vigor en proclamar sus enseñanzas, a pesar de la impopularidad de las mismas.
Los jóvenes invitan a una mayor claridad en los temas de la sexualidad a la Iglesia. Por ello, exigen responsabilidad eclesial en enfrentar temas como la homosexualidad y las temáticas de género. Pues, los jóvenes ya discuten sobre estos temas con libertad y sin tabú.
¿Qué buscan en la Iglesia?
En primer lugar desean una “Iglesia auténtica”, que sea una luz de“ejemplaridad, competencia, corresponsabilidad y solidez cultural”, una Iglesia que comparta “su situación de vida a la luz del Evangelio más que dar sermones”, una Iglesia que sea “transparente, acogedora, honesta, atractiva, comunicativa, accesible, alegre e interactiva”. En fin, una Iglesia “menos institucional y más relacional, capaz de acoger sin juzgar previamente, amiga y cercana, acogedora y misericordiosa”.
Jóvenes aborrecen abusos sexuales y económicos
Los jóvenes no soportan los “escándalos sexuales y económicos” en el seno de la Iglesia, varios manifiestan su lejanía e irritación al respecto.
Ellos exhortan a la Iglesia para que mejore “su política de tolerancia cero contra los abusos sexuales dentro de las propias instituciones”, piden mayor compromiso y preparación de los sacerdotes para comprender a los jóvenes y un esfuerzo mayor para “dar razón de las propias indicaciones doctrinales y éticas de frente a la sociedad contemporánea”.
La juventud tiempo de santidad
Los jóvenes aspiran a la santidad. Al final del documento, queda manifiesto que ésta debe ser propuesta como “horizonte accesible a todos los jóvenes”.
La juventud es un tiempo de santidad, y como todos los santos nacieron jóvenes, la narración de su vida puede permitir a los chicos y chicas de hoy que cultiven la esperanza para que “con coraje tomen la vida en sus manos, apunten a las cosas más bellas y más profundas y conserven siempre un corazón libre”.
Discriminación religiosa, racismo, desempleo, precariedad,
Los jóvenes invitan a los obispos a ser concretos sobre temas que les tocan como la discriminación religiosa, el racismo, el trabajo precario, la pobreza, las migraciones forzadas y la trata.
Los jóvenes también rechazan en el instrumento de trabajo de los obispos la cultura del descarte, en relación a nuevos fenómenos de exclusión en un uso impropio de las nuevas tecnologías digitales. Al mismo tiempo, denuncian los peligros del fenómeno del “Dark web” que pueden generar.
Vocación a 360 grados; familia, trabajo y no solo sacerdocio
Los jóvenes invitan a ver el termino vocación desde una visión más amplia, y no sólo enfocada al tema de la pastoral vocacional, exclusiva de la vocación de sacerdotes, misioneros y religiosos.
Por ello, surge la necesidad de volver a pensar la pastoral juvenil vocacional para que sea “de amplio respiro”. Los jóvenes indican que viven diversas formas de vocación, incluida la familia, el estudio, la profesión, el social y la política.
Asimismo, no esconden la preocupación de la Iglesia por la disminución del número de seminaristas o candidatos al sacerdocio. Así, instan a una reflexión renovada sobre una pastoral vocacional que sepa hacer sentir el encanto de la llamada de Jesús a transformarse en pastores de su rebaño.