Por culpa de Pam, María o Harvey, fenómenos de la naturalezaEl cambio climático ya es un factor que provoca que muchas familias se vean obligadas a abandonar sus hogares y migrar. Así lo demuestra el informe “Desarraigados por el cambio climático”, publicado por Oxfam hace pocos meses. Tormentas, sequías y el aumento del nivel del mar están teniendo ya consecuencias devastadoras, sobre todo, en zonas muy afectadas, con pocos recursos, dejando a la población en situación de extrema vulnerabilidad. Mujeres y niños, son especialmente los colectivos más amenazados a la vez que afectados. Ya se denominan desplazados climáticos.
Pam, Harvey o María son los nombres de algunos de los fenómenos que han afectado gravemente a zonas como Vanuatu, las islas Fiji o distintos países caribeños recientemente. En 2017, por las inundaciones monzónicas extremas en Bangladesh, Nepal e India se llevaron por delante 1.200 vidas y fueron el motivo de millones de desplazamientos. Más allá de los efectos inmediatos que estos fenómenos tienen, las consecuencias a nivel diario son también devastadoras. En Etiopía, por ejemplo, las sequías provocan una reducción de ganado del que muchas personas viven.
¿Cómo evitar esta situación? ¿Estamos a tiempo de hacerlo? ¿Somos responsables de ello? Para Oxfam, los retos ante los que nos encontramos son:
– Minimizar los desplazamientos: meta que sólo puede conseguirse si se reduce el nivel global de contaminación que provoca el calentamiento global.
– Garantizar los derechos de la población en tránsito: tanto los desplazados internos como los que se ven obligados a traspasar fronteras.
– Apoyar estrategias de largo plazo para lograr migraciones dignas: de modo que se pueda garantizar el acceso a la educación, a la reunificación familiar y a los visados humanitarios, fomentando canales de migración legal.
– Ofrecer recursos a las personas que se ven forzadas a desplazarse: por parte de la comunidad internacional, a través de medidas como el apoyo humanitario, los seguros de riesgo climático o la financiación para daños.
Según detalla el informe, las respuestas al problema del cambio climático y los desplazamientos que provoca deben ser globales, aunque a niveles distintos. Oxfam plantea así tres perspectivas desde las que afrontar el reto que esta situación supone:
1. Respuestas regionales y nacionales: que pasan por planes de movilidad que garanticen que los desplazamientos son seguros y que no se perjudica la dignidad de las personas. Sin embargo, estas estrategias también requieren de prevención, es decir de localizar las comunidades en riesgo e identificarlas antes de lamentar vidas. Estas acciones deben estar basadas en políticas nacionales, aunque también bilaterales y plurinacionales.
2. El pacto global de Migraciones 2018: según el informe, debe ser la base de estrategias de migración segura, contribuir a minimizar los desplazamientos haciendo frente a las causas que los provocan y tratar las deficiencias jurídicas existentes para que exista un protocolo de recepción y de protección de los desplazados climáticos.
3. Los acuerdos de París: que tienen por objetivo limitar el calentamiento global y que han puesto en marcha medidas para conseguirlo. A través de estos acuerdos, además, los países con más recursos deben comprometerse a incrementar la financiación para adaptarse al cambio climático- Según Oxfam, también deben confirmar la necesidad de aumentar los fondos para las pérdidas y daños. Actualmente, se requiere también el acuerdo de creación de un nuevo mecanismo de financiación para esta finalidad.