La resiliencia, efectivo antídoto contra la depresión“Hay que creer en nosotros mismos. No deprimirse ante los obstáculos, actuar con resiliencia para superarlos y así salir adelante”, recomienda Marcelino Juárez, un valenciano de pura cepa que es Licenciado en Educación Especial, pianista y atleta de carreras y maratones en silla de ruedas.
El diario El Nacional de Caracas publica hoy la experiencia de este venezolano que aspira fortalecer su condición física a fin de participar en varios torneos, incluido el Maratón de Nueva York. Tiene 48 años de edad; cuando tenía 16 presentó un virus en la médula espinal que le ocasionó el Síndrome de Guillain-Barré, el cual le impidió movilizarse con los miembros inferiores.
Es increíble la manera creativa como la gente se ha organizado en redes para ayudarse a conseguir las medicinas ausentes de las farmacias o para elaborar platos nutritivos a partir “de lo que hay”, como repiten sin cesar las amas de casa venezolanas. “Hay que arroparse hasta donde llegue la cobija”, un dicho muy criollo.
Pero este es solo un caso. Hay infinidad y proliferan en plena crisis, tanto personal como societal. Esa experiencia ayudará a otros. Muchas personas tienden a decaer y entregarse cuando en sus países o sus familias se enfrenta la adversidad.
Actuar con resiliencia nos vuelve capaces de plantar cara a tragedias, traumas, estrés severo y variedad de dificultades aparentemente insuperables. Contar historias de personas como Marcelino prueba al prójimo en problemas que es posible remontar las cuestas físicas y emocionales.
Estas últimas han hecho estragos en la población venezolana. Otros países viven ahora con mucha incertidumbre y nuestra experiencia puede ayudar.
Ante una crisis integral como la que vive Venezuela, es común encontrar personas deprimidas, que se sienten fracasadas o desesperanzadas. Es importante, por tanto, entender que ser resiliente no significa no sentir malestar o dolor emocional.
La resiliencia es, más bien, capacidad de adaptación y de manejo de las situaciones. No se nace con ella, se aprende y desarrolla.
Se trata de adquirir ciertas habilidades que hacen posible esa resistencia a la adversidad, como identificar las causas de lo que nos pasa, controlar emociones y conductas y mantener un optimismo realista, confiar en las capacidades y buscar nuevas oportunidades.
Son importantes, no obstante, las predisposiciones individuales, el apoyo de la familia y la comunidad.
El sentido del humor es un instrumento clave de la resiliencia. Quien lo tiene y lo mantiene lleva una buena parte de la pelea ganada.
En Venezuela es una realidad innegable que reconocemos cada día: “El humor nos salva!”. Lo mismo ha pasado con los cubanos a lo largo de más de medio siglo de opresión comunista.
Un caso de resiliencia que tenemos muy cerca es el de la próxima beata venezolana, la Madre Carmen Rendiles. Ella será beatificada el próximo 16 de junio en Caracas. Nació sin uno de sus brazos, a pesar de lo cual fundó una congregación religiosa y su obra educativa y social se pierde de vista.
Este domingo 3 de junio se cumplió el primer aniversario del atentado en Londres en el que 8 personas perdieron la vida y 48 resultaron heridas. La catedral anglicana de Southwark, muy cercana al puente de Londres donde ocurrió el atentado, acogió este domingo un oficio religioso por los fallecidos. Entre los ellos estaba el español Ignacio Echeverría, conocido como el “héroe del monopatín” porque murió al enfrentarse a los terroristas mientras defendía a otras víctimas.
En una entrevista para la agencia EFE, su padre aseguraba que “Ignacio es un buen ejemplo de esa situación de defender al indefenso. Los jóvenes tienen que saber que vale la pena ser decente aunque mueras.(…) Quiero que se sepa que siempre quiso ser bueno. Yo creo que Ignacio hizo lo que tenía que hacer. No esperaba menos de él”, afirmó el padre. Es un excelente ejemplo de cómo se afronta un duelo en positivo.
La primera ministra británica, Theresa May, fue resiliente al destacar una reafirmación de coraje colectivo ante el terrorismo: “las múltiples historias de coraje que se demostró aquella noche siempre estarán conmigo, como la de Ignacio Echeverría. “Mi mensaje a aquellos que tienen como objetivo atacar nuestro modo de vida o tratar de dividirnos es claro: nuestra voluntad de mantenernos firmes y superar esta amenaza juntos nunca ha sido mayor”, agregaba la dirigente británica.
El deán de la catedral, Andrew Nunn, extrajo un mensaje espiritual con el que, a partir de la tragedia, consiguió reforzar la fe en los más altos valores y sentimientos del ser humano. Leyó al comienzo del oficio los nombres de los fallecidos y expresó que “el amor es más fuerte que el odio, la luz es más fuerte que la oscuridad y la vida es más fuerte que la muerte. Eso era cierto hace un año y lo sigue siendo hoy”.
El caso de Malala, una chica de origen paquistaní conocida por ser una gran defensora de la educación femenina. Sufrió un intento de asesinato que la afectó físicamente de manera grave, pero no impidió que ella continuara formándose y luchando por los derechos de las mujeres a la educación. En el año 2013, con solo 16 años de edad fue nominada al Premio Nobel de la Paz siendo la persona más joven de la historia y ese mismo año, también fue galardonada con el premio Sájarov a la Libertad de Conciencia.
Los deportistas de condición física especial son todos ejemplos de resiliencia. El caso de Stephen Hawking, recientemente fallecido, que pasó casi toda su vida paralizado debido a una enfermedad degenerativa, atado a una silla de ruedas completamente dependiente de otras personas. A pesar de ello, se convirtió en el físico más eminente de su época. Escribía con solo dos dedos, viajaba por el mundo entero dando conferencias, ejerció como profesor y, en lugar de lamentarse y autocompadecerse, contrajo matrimonio y cumplió sus sueños.
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Stephen Hawking ya tiene la respuesta
Las comunidades que se unen para superar sus problemas son resilientes. Los inmigrantes que se las arreglan para alcanzar otros países y conseguir mejores condiciones de vida son resilientes.
Gente que logra subsistir e, incluso, pone en marcha planes para ayudar a sus semejantes, levantar a sus familias y evitar que sus hijos caigan en la delincuencia, actúan con resiliencia.
La resiliencia mejora la vida y, por ende, evita que nos ganen la depresión y la desesperanza.