En los jardines monásticos de la Edad Media, las plantas, las hierbas y las flores no se cultivaban solo por sus propiedades curativas, sino también por su belleza, su perfume y su simbolismo espiritualEl simbolismo cristiano medieval exalta las rosas. Son el símbolo del sufrimiento y del martirio. Los lirios blancos curan bien las mordeduras de serpiente, según Walafrid Strabo, un monje benedictino del siglo IX que describió las virtudes curativas de las flores. Pero sobre todo representan la imagen de la virginidad y la pureza. Con la violeta y la colombina, todas estas variedades de flores están destinadas a decorar los altares.
A las diversas virtudes de la vegetación les corresponden unos símbolos religiosos que revelan hasta qué punto la botánica está ligada a la religión. Traduce una visión del mundo propia del universo medieval donde Dios está en el centro. La naturaleza no es un mundo puramente material, también tiene una dimensión espiritual.
Descubre las flores de los jardines monásticos y su hermoso simbolismo:
Contemplar las flores y descansar suavemente el espíritu
Alberto Magno, nacido en 1198, era a la vez filósofo, teólogo y naturalista. Fue maestro de santo Tomás de Aquino, uno de los mayores filósofos de la historia. A este dominico debemos quizás la definición más hermosa de vergel. Así es como debería ser un jardín medieval monástico: “El vergel consta primero de un césped de fina hierba (…) un auténtico tapiz de verdor en donde nada debe sobrepasar la superficie uniforme. En uno de sus extremos, en el lado sur, se erguirán árboles: perales, manzanos, granados, laureles, cipreses (…), donde se entrelazarán las vides, cuyo follaje protegerá el césped y proporcionará una agradable y fresca sombra. (…) Detrás del césped, se plantarán hierbas aromáticas y medicinales, por ejemplo, ruda, salvia, albahaca (…), luego flores como la violeta, la aguileña, el lirio, la rosa (…). Convendrá levantar el suelo para formar allí un asiento verde y florido donde se pueda venir a sentarse y descansar suavemente el espíritu”.
1. El lirio: pureza y virginidad. Por su blancura, el lirio es el símbolo de la pureza. Desde la Anunciación, simboliza la Inmaculada Concepción, la pureza, la virginidad y la fidelidad eterna. Su simbolismo mariano ya aparece en el Cantar de los Cantares: “Como un lirio entre los cardos es mi amada entre las jóvenes”. Otros pasajes de la Biblia se refieren al lirio como símbolo de virginidad y pureza.
2. La rosa: martirio y pasión. En la Antigüedad, fue la flor de los poetas y el símbolo del amor. Sin embargo, el púrpura sugiere sufrimiento y dolor. En el siglo IV, san Ambrosio la convirtió en el símbolo de la Pasión de Cristo. La rosa roja se convirtió en el emblema de los mártires.
3. La rosa blanca: símbolo de María. San Bernardo de Claraval asocia la rosa con la Virgen. En su Sermo Beata Maria, escribe: “María ha sido blanca por su virginidad, bermeja por su caridad, blanca por su carne, bermeja por el espíritu”. En la Leyenda de Oro, Santiago de la Vorágine asocia la rosa a la Asunción. Escribe el magnífico símbolo del sepulcro de la Virgen que se cubre de rosas en el momento de subir al cielo.
4. La colombina: la paloma del Espíritu Santo. Esta flor de cinco pétalos se compara con cinco palomas, o columba en latín, de ahí su nombre de colombina. Simboliza el amor divino y los dones del Espíritu Santo. Otro nombre dado a la colombina es el de los “Guantes de Nuestra Señora”. Es el nombre que se le da a unos ramos cuyas flores están compuestas por cinco tipos de conos con pétalos extendidos en forma de espolón. Representan la mano de la Virgen.
5. La violeta: modestia y obediencia. La violeta encarna la modestia, la humildad y la obediencia, ¡las primeras virtudes monásticas! Es también el símbolo de la Virgen María, que es humilde y modesta. Con sus cinco pétalos, esta flor evoca también la Pasión de Cristo: las cinco llagas de Cristo. Sus tres colores recuerdan a la Trinidad.
6. El iris: el Reino de los Cielos. Las tres estrellas de esta flor representan la Trinidad; su tallo, el cetro real. El iris está asociado con Cristo, expresa la realeza del Cielo. Es también uno de los símbolos de la Virgen María.
7. El hisopo: la humildad que purifica a los pecadores. Es una flor que crece en la cuenca mediterránea. Es conocido por sus virtudes medicinales, sus cualidades gustativas y decorativas. Simboliza la humildad. La esponja empapada en vinagre que ofrecieron a Jesús crucificado estaba fija a una rama de hisopo.
8. La fresa silvestre: inocencia y humildad. Escondida discretamente en la hierba, simboliza la humildad y las buenas acciones ocultas. Su flor blanca encarna la pureza. Su hoja trilobulada, la Trinidad. Su fruto rojo, la Pasión. Se asocia con la Resurrección porque crece en primavera.
9. El cardo mariano: virtud. Símbolo de la tierra virgen, luego, por extensión de la mujer virgen; es la imagen de la virtud protegida por sus espinas. Sus grandes hojas se habrían manchado de blanco cuando la Virgen María, queriendo alejar al niño Jesús de los soldados de Herodes, se escondió bajo un bosquecillo de cardos donde ella lo amamantó.
10. La angélica: hierba de los ángeles. La angélica también es llamada “raíz del Espíritu Santo”, “hierba de los ángeles” o “hierba del Arcángel”. Debe su nombre al olor suave que propaga, pero también a una leyenda bíblica según la cual Rafael, el Arcángel de la Sanación, habría revelado a los hombres sus virtudes benéficas y excepcionales.