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Nunca una embajada fue tan polémica

sraeli and US flags - Jerusalem - Dome of the Rock mosque
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Macky Arenas - publicado el 15/05/18
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El traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén suma tres  aliados en América Latina y pueden aumentar

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Son muchos los que han recordado estos días las palabras de San Juan Pablo II: “Si no hay paz en Jerusalén, será imposible la paz en todo el mundo”.

Justamente para preservar la paz, el Acuerdo 48 aprobado por Naciones Unidas y que marcó la creación del Estado de Israel, dejó claro que la idea no era excluir ni promover violencia, sino todo lo contrario. En esa línea, se instituyó Tel Aviv como capital política para dejar a Jerusalén como Ciudad Santa, abierta a la convivencia pacífica para todos.

Lo ocurrido con la decisión de Estados Unidos -si bien se trata fundamentalmente de un acto simbólico- se sale del marco del acuerdo por lo cual la ONU emitió un fuerte comunicado rechazando la medida. Sólo nueve países votaron en contra de la resolución de Naciones Unidas que rechazó la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Figuraban dos latinoamericanos, Honduras y Guatemala.

A pesar de ello, previsiblemente por razones políticas e intereses económicos, otros países seguirán a Estados Unidos. Por lo pronto, lo ha hecho Paraguay, se espera una decisión favorable de Chile y no se descarta que otros muden también sus embajadas.

No pasó por alto la advertencia estadounidense de que iba a “tomar nota” de los países que votaran en su contra y tomarlo muy en cuenta a la hora de renovar cualquier ayuda financiera. Y ello parece haber sido clave.

Aún así, hay que reparar en la abstención de El Salvador y Panamá y el voto a favor de Nicaragua y Costa Rica. América Latina muestra grietas a la hora de constituir un bloque detrás de Estados Unidos que coloquialmente se ha dado en llamar el “back yard” (patio trasero) del coloso del norte.

Desde hace 70 años, la comunidad internacional reconoce un status quo propio a la ciudad, el cual –según analistas adversos a la decisión de Donald Trump de trasladar su embajada ante Israel de Tel Aviv a Jerusalén- se hará añicos. El presidente de EEUU rompió un consenso internacional, al abrir la sede en plena Línea Verde, una ‘zona de nadie’ desde 1948.

Uno de los aspectos más conflictivos del histórico duelo entre israelíes y palestinos es, sin lugar a dudas, la titularidad de Jerusalén, la ciudad que los israelíes consideran su capital indivisible y en cuyo sector oriental los palestinos quieren establecer la suya. Por eso la capital política se situó en Tel Aviv como una manera de garantizar la no exclusión de los palestinos.

Hasta hoy, ningún país tenía embajada en Jerusalén, donde solo mantenían consulados, al entenderse que esto supondría una aceptación de facto de la soberanía israelí de la ciudad, cuya parte oriental es considerada por la comunidad internacional territorio palestino ocupado por Israel.

Pero ayer, Estados Unidos inauguró con toda formalidad su embajada en Jerusalén. Las reacciones han sido variadas pero básicamente hay dos posturas, quienes manifiestan su respaldo a la decisión de Trump y quienes la condenan por la violencia desatada. Los primeros enfrentamientos en la Franja de Gaza arrojaron un saldo de  más de medio centenar de palestinos murieron y al menos 2.700 resultaron heridos, según funcionarios palestinos, en unas manifestaciones que se recrudecieron este lunes.

El padre Ibrahim Faltas, director de las escuelas franciscanas en la Ciudad Santa y responsable por parte de la Custodia de la Tierra Santa de las relaciones con Israel y Palestina, exclamó ayer: “Nunca había visto tanta rabia”.

Este franciscano conoce bien la situación en el campo: durante la llamada segunda Intifada se vio involucrado en el asedio de la Natividad de Belén (del 2 de abril al 10 de mayo de 2010) y fue protagonista en las negociaciones para encontrar un acuerdo – que llegó luego de 323 días de asedio- con los 240 militantes palestinos que se habían refugiado en la Basílica huyendo del ejército israelí.

Afirmó que “la decisión del presidente Trump de mudar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén no solo ha desencadenado el resentimiento palestino, sino que ha fracturado a la sociedad israelí. Aquí en la ciudad hay israelíes que festejan y otros que protestan”.

Los palestinos, por su parte, tienen ya un pretexto para volver a la violencia, a la que realmente nunca han renunciado pues siempre se han sentido confinados a un territorio con el que no creen se les ha hecho justicia. “Estamos viviendo un día terrible y mañana los palestinos celebrarán la Nakba, la catástrofe, que para ellos fue el nacimiento de Israel. Se teme lo peor”, comentó el padre Faltas a la agencia SIR desde Jerusalén.

El vicario patriarcal de Jerusalén y Palestina, Giacinto-Boulos Marcuzzo,  declaró que “hoy, los cristianos de Jerusalén, todas las iglesias y todos los palestinos están unidos por un único sentimiento: la tristeza”.

“Estamos afligidos porque el día de hoy no nos lleva a la paz, sino exactamente en la dirección opuesta. Ya no hay ninguna esperanza de llegar a una tregua”, lamentó el religioso, quien denunció que la decisión de Trump “va en contra de la historia, contra la justicia y el bien de la población de Jerusalén. Hoy, el proceso de paz que había comenzado está congelado “.

Y el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, recordó que “la postura de la Santa Sede es clara: que haya dos estados y que todos puedan convivir en la justicia, en la libertad y en el respeto mutuo“.

El analista internacional Gabriel Ben-Tasgal, habló desde Perú sobre las repercusiones del traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén. Indicó que Jerusalén fue declarada ciudad internacional, cuando la partición en 1947 y, desde entonces, la parte Oriental fue conquistada por Jordania y la Occidental por Israel. Sostuvo que Donald Trump quiere cumplir las promesas que hizo durante la campaña electoral y considera que debe defender a sus aliados.

Todo esto ocurre en el marco de la celebración de los 70 años del Estado de Israel, coincidiendo en Venezuela con los 50 años de la CAIV (Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela), lo que fue motivo para un emotivo acto conmemorativo donde el Presidente de la institución pronunció palabras de elogio para la decisión de Estados Unidos, invitando a los demás países del continente a hacer lo mismo.

Hay razones para el celo espiritual de cada religión por la Ciudad Santa. Jerusalén alberga a cristianos, musulmanes y judíos. Los cristianos tienen dos barrios y en ellos están los tres lugares más sagrados del mundo. Uno de ellos es la Iglesia del Santo Sepulcro. El barrio musulmán es el más grande de los cuatro y contiene la Cúpula de la Roca, donde está roca donde se subió Mahoma para subir a los cielos y la Mezquita de Al Aqsa.

En el barrio judío está el popular Muro de las Lamentaciones. Los judíos creen que allí se puso la primera piedra donde se construyó el mundo. Dentro estaba el templo del Santo de los Santos, el lugar más sagrado para el Judaísmo. Muchos judíos creen que es la Cúpula de la Roca. El Muro de las Lamentaciones es el lugar de rezo más cercano a Santo de los Santos donde cada año acuden millones de visitantes.

Pero hay razones políticas e intereses económicos, como en toda decisión de este género. Honduras y Paraguay anunciaron estar listos “en principio” para proceder con la mudanza con la condición de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, haga una visita oficial a cada uno de sus países.

Estos comentarios siguieron al anuncio de Guatemala de que tomaría la decisión después que lo hicieran los Estados Unidos del 6 de diciembre de trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén para mayo de este año.

Honduras y Guatemala padecen ambos de problemas con los migrantes hacia Estados Unidos. La violencia de los maras y los narcos también los aflige de manera importante. Estados Unidos es un aliado nada despreciable.

Entre los antecedentes figura la gira de Netanyahu en septiembre, cuando se produjo la primera visita a América Latina de un primer ministro israelí, pero no se detuvo en Paraguay y Honduras. En Argentina, conoció al ex presidente de Paraguay, Horacio Cartes, quien en 2016 había sido el primer jefe de estado paraguayo en visitar Israel. Por otra parte, el presidente hondureño no las tiene todas consigo. Su situación es frágil luego de las acusaciones de fraude electoral que enfrenta y la OEA llamando a nuevas elecciones.

Paraguay se distinguió entre los países de América del Sur al apoyar a Israel en las Naciones Unidas y otros foros internacionales. Los gobiernos paraguayos han sido, durante décadas, de los más cercanos aliados de Estados Unidos en América Latina.

Hay que recordar, igualmente, que Guatemala fue el segundo país de todo el mundo -siempre por detrás de EE.UU.- en reconocer la existencia de un Estado judío en territorio de lo que en ese momento se conocía como Palestina, el 14 de mayo de 1948.

Chile hace amagos de sumar la mudanza de su embajada y los analistas lo atribuyen a un virtual apoyo para reforzar a Israel ante el tema nuclear surgido con Irán.

Pero lo cierto es que todos estos países latinoamericanos cuentan con una presencia significativa de comunidades judías desde hace décadas, con sólidas inversiones y útiles conexiones internacionales. Y cada uno de esos países, con sus debilidades, necesitan de Estados Unidos bien sea cooperación financiera o el apoyo político de Washington.

Aun cuando estas movidas en el tablero tienen carácter simbólico, ya se comienzan a sentir sus efectos en el cuadro de tensiones que caracteriza a la región.

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