“Una vez escuché a las hermanas cantar, mientras esperaba en el patio de manera privilegiada a que acaben su oración, porque yo estaba haciendo una inspección. En ese momento, me di cuenta que lo que se guarda en este convento es mucho más grande que los muros”
Estas palabras corresponden a Mario Moscoso -en diálogo con Los Tiempos-, el director de la obra para la restauración del Convento y Museo de Santa Teresa, una esplendorosa edificación considerada la “joya” de Cochabamba, una ciudad ubicada en el centro de Bolivia.
Perteneciente a las Carmelitas Descalzas, esta construcción fue sometida a un proceso de restauración luego de constatarse un marcado deterioro y para ello hasta contó con la intervención de la Embajada de Estados Unidos a través de la inversión de más de un millón de dólares para tales fines, consta Los Tiempos.
Es que el Convento y Muso de Santa Teresa tiene una sublime importancia tanto religiosa como arquitectónica y uno de los desafíos era mantener la esencia de un lugar histórico que data del Siglo XVIII (año 1760) y que fue uno de los primeros conventos en construirse en Cochabamba.
“Ese fue el reto más grande de esta restauración. Mantener aquello que es intangible. Que quien entre comprenda lo que se vivió en estos muros y lo que esto significó”, agregó Moscoso al referirse a la vida contemplativa y de claustro vinculado al lugar.
En tanto, la restauración de este maravilloso lugar tuvo también como aspecto novedoso el establecimiento de un moderno sistema de seguridad con la instalación de 32 cámaras de alta resolución, prosigue Los Tiempos.
Está previsto que el Convento y Museo de Santa Teresa abras sus puertas este martes 17 de abril y quedará abierta al público desde el miércoles 18.
De esta manera, este lugar emblemático para las vocaciones religiosas en Bolivia de estilo barroco, vuelve a relucir y transformarse en un paseo obligado para todos aquellos que lleguen a esa zona del continente latinoamericano.
Con información en base a Los Tiempos de Cochabamba