Cáscaras de frutas y vegetales, pan duro, tomates que se están pasando,… ¡puedes hacer grandes cosas con ellos!
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¿Es realmente una nueva forma de cocinar? Pues no, nuestras abuelas ya lo hacían hace muchos años. Ellas preparaban los alimentos con mucho cariño y esmero para sus familias, pero siempre resaltando la importancia de no dejar nada en el plato. “Tienes que comértelo todo, ¡que la comida no se puede tirar!” .
Pero por supuesto que muchas veces sobraba algo y la abuela seguro que ya se quedaba pensando en qué preparación podía hacer, si una tortilla o ensalada para el otro día, para no desperdiciarla.
Trash-cooking es una técnica de cocina sostenible, en donde se emplean las sobras de comida o se cocina con las mermas que habitualmente quedan en una casa o un restaurante, es decir, lo antes llamado cocina de aprovechamiento.
Tal vez pienses que eso ya pasó, y ahora sea un poco raro practicarlo ya que nos encontramos frente a un gran abastecimiento de alimentos, pero no es así.
Aún hay muchos lugares en el mundo donde no tienen suficientes alimentos y las personas pasan hambre. Por tanto, es sumamente importante saber aprovechar al máximo cada alimento, sus nutrientes, características y propiedades.
Es además más económico, y aprovechamos todos los nutrientes que nos aportan los alimentos, ya que es muy común tirar las cascaras de frutas y vegetales. Pero al hacerlo nos estamos perdiendo la fibra, vitaminas y minerales que contienen. La cascara del plátano tiene vitamina B6, A, potasio y hierro, mientras que la de la papa contiene vitamina C, B y calcio.
Una tendencia saludable para poner en práctica
El trash-cooking es una tendencia gastronómica y nutricional de este año 2018. El famoso chef italiano Massino Bottura, dueño del restaurante Osteria Francescana con tres estrellas Michelin lo practica.
Además, realizó un libro muy interesante con recetas con sobras llamado El pan es oro con la premisa “Pueden ser cocinados por cualquiera, en cualquier sitio y con cualquier presupuesto”.
Nosotros también podemos aplicarlo en nuestros hogares, veamos la forma de hacerlo y algunas recetas prácticas.
Si te sobró o tienes…
Rebanadas de pan de molde duras, puedes hacer además de pan rallado unos dumplings de pan para 6 personas.
Ingredientes: 250 gramos de pan duro en dados, 75 ml de leche, ½ cucharadita de sal, ¼ cucharadita de nuez moscada, 1 cebolla en dados pequeños, dos lonchas o rebanadas de panceta en dados pequeños, una ramita de perejil picado fino, 1 huevo, pimienta negra molida, 25 gramos de pan duro y 1 cucharadita de manteca o mantequilla.
Preparación: Colocar en un bol el pan, calentar en una olla a fuego medio la leche con la sal, y la nuez moscada durante 10 minutos. Verter la mezcla sobre el pan y refrigerar por dos horas. Sofreír a fuego medio la cebolla y panceta en un sartén por dos minutos hasta dorar y pasarlos al bol con el pan remojado. Incorporar el perejil y el huevo. Llevar a ebullición una olla con agua ligeramente salada y cocer un dumpling de prueba. Para el dumpling formar una bolita de 1 centímetro con la mezcla de pan y cocinarla unos 4 minutos hasta verla subir a la superficie. Si desea, luego de cocidos dórelos en un sartén 5 minutos. Servir como acompañamiento para alguna carne.
Sobras de carne, pescado o verduras, podemos preparar unas ricas croquetas. Extraer con cuidado esos trozos de carne o pescado que quedan pegados al hueso, mezclarlos con una buena bechamel, pan rallado, huevo y si no queremos repetir menú podemos guardarlas en una bandejita en el congelador y sacarlas cuando vayamos a comerlas.
Las espinas y vísceras del pescado, así como los huesos del pollo, sirven para hacer caldos. Las piezas enteras nos van a servir para elaborar caldos que podemos utilizar tanto para hacer una sopa como para guardar en el congelador, y estarán listos para añadir a las recetas que lo requieran. Una idea es utilizar el caldo de pollo en cremas de verduras.
Con esos tomates que se nos están poniendo feos podemos hacer un kétchup casero para acompañar hamburguesas.
Ingredientes: 1 cucharada de aceite de semillas de uva, dos chalotas picadas finas, dos dientes de ajo picados finos, tres cucharadas de vinagre de jerez, 250 gramos de concentrado de tomate cinco ramitas de tomillo, dos hojas frescas de laurel y sal.
Preparación: Se prepara primero el concentrado de tomate, cocinar en una olla alta los tomates maduros a fuego medio con sal, azúcar y un poco de aceite oliva durante aproximadamente una hora y luego pasarlos por el pasapurés. Después calentar a fuego medio el aceite de semillas de uva en una olla y dorar las chalotas con el ajo 5 minutos. Añadir el vinagre y raspe con una cuchara de madera para desprender los trozos caramelizados del fondo de la olla. Bajar el fuego a medio-bajo y agregar el concentrado de tomate, el tomillo, las hojas de laurel y 250 mililitros de agua. Remover para que se mezclen. Cocinar la salsa 5 minutos hasta que adquiera la consistencia del kétchup. Retirar el tomillo y las hojas de laurel y agregar sal a gusto.
Con la piel de papas o patatas, se puede elaborar un aperitivo sencillamente. Uno es friéndolas en abundante aceite de oliva para que queden crujientes, pero una forma menos calórica y sana se puede realizar introduciendo las pieles de papas en el microondas durante 15 minutos y al final se le puede añadir sal y pimentón.
Debemos tomar conciencia sobre la cantidad de comida y nutrientes que tiramos diariamente sin querer o por no saber cómo aprovecharlas mejor. Te invito a que comiences, por lo menos 1 vez a la semana a buscar una receta nueva para utilizar las sobras que quedaron o algún alimento que deseches habitualmente como las cáscaras. ¿Te animas?