“Tú eres importante para mí, Jesús viene a salvarnos”, sostuvo el Pontífice que lavó los pies a doce presos en Roma y recuerda el gesto en la Última cena en el Jueves Santo “Quien manda debe servir”, sostuvo el Papa Francisco que lavó los pies a doce presos en Roma y recuerda el gesto de Jesús en la Última cena en el Jueves Santo. Si los líderes y los jefes pensaran en servir, quizá cuantas guerras y conflictos se hubieran evitado.
Invitó incluso a servir con mayor insistencia a las personas antipáticas, malvadas u odiosas. Y otra vez, condenó la pena de muerte, pues cualquier condena debe llevar a la esperanza.
“Jesús se arriesga por cada uno de nosotros. Se llama Jesús, no Poncio Pilato: él no sabe lavarse las manos, solo sabe de riesgo”, expresó Francisco en su homilía sin papeles en la mano durante la Misa de Coena Domini en la cárcel romana, Regina Coeli, este Jueves Santo, 29 de marzo de 2018.
“Tú eres importante para mí. Jesús ha venido a servirnos y la señal que Jesús nos sirve hoy aquí, en la cárcel de Regina Coeli, es que ha querido escoger a 12 de ustedes, como los doce apóstoles, para lavarles los pies”, dijo el Papa en el momento más emotivo del rito.
El Papa que lavó los pies a doce presos para representar el gesto de Jesús hecho en la Última cena a sus discípulos sostuvo: “Jesús se arrodilló entre las espinas y arriesgando de lesionarse para salvar la oveja perdida”.
Los hombres que participaron en el rito provienen de siete países distintos: cuatro italianos, dos filipinos, dos marroquíes, un moldavo, un colombiano, un nigeriano y uno de Sierra Leona. Del grupo; dos presos son musulmanes, uno es ortodoxo, uno es budista y ocho son católicos, informó el Vaticano.
El Papa se presentó como un pecador amado por Dios ante los presos de la cárcel romana. “Soy un pecador como tú, pero yo hoy represento a Jesús, soy el embajador de Jesús”.
Antes del gesto de lavar los pies, explicó: “Hoy, cuando me arrodillo frente a cada uno de ustedes, piensen[…] soy esclavo, servidor, como lo hizo Jesús”.
Les invitó a reflexionar: “Jesús ha arriesgado en este hombre (el Papa), un pecador para venir a mí y decirme que me ama. Este es el servicio, esto es Jesús. Jamás nos abandona, no se cansa de perdonarnos, nos ama tanto”.
El Obispo vestido de blanco describió un Jesús que toma riesgos. “Miren como se arriesga Jesús”, reiteró.
Un jefe debe servir pues explicó: “Con estos sentimientos, vamos adelante en esta ceremonia que es simbólica: antes de darnos su cuerpo, su sangre, Jesús se arriesga por cada uno de nosotros, y se arriesga en el servicio, porque él nos ama tanto”.
“El servicio: de verdad, hay personas que no facilitan esta actitud, gente soberbia, personas odiosas, personas que tal vez nos desean el mal; pero estamos llamados a servirles más. Y también hay personas que sufren, que son descartadas por la sociedad, al menos por un tiempo, y Jesús va allí para decirles: Tu eres importante para mí”.
A continuación, realizó el ritual del lavatorio de los pies, con la que continúan los ritos del Triduo Pascua, que proseguirá mañana por la noche con el Vía Crucis en el Coliseo de Roma.
El Pontífice llegó a la prisión a las 16 hora local de Roma, y tras pasar el control de seguridad y de acceso a la misma, se dirigió a la enfermería, donde saludó a los presos enfermos.
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