En este Jueves Santo, el Papa lavará los pies a doce presos de la cárcel romana de Regina Coeli, entre ellos a personas de otras religionesEn este Jueves Santo, el Papa Francisco que pidió hoy a los sacerdotes de ser callejeros, curas que hablan con los pobres y hasta con los que no creen, presidirá en la tarde de este 29 de marzo la Misa de la Última Cena del Señor en una cárcel de Roma.
Según indicaciones de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la ceremonia será privada (no habrá transmisión televisiva), el Obispo de Roma saldrá del Vaticano para trasladarse este Jueves Santo, a la cárcel Regina Coeli en Roma, y en la Eucaristía oficiará el rito del lavatorio de pies con doce presos.
“El preso está a la potestad de una onda negra; de un juicio negativo en general que lo descalifica como persona delante a la sociedad. En cambio, viene a visitarlo una persona (el Papa) y te hace sentir que eres una persona que tiene dignidad”, dijo el padre Vittorio Trina a TV2000, capellán desde hace 40 años de la cárcel Regina Coeli.
Los hombres que participaran en el rito provienen de siete países distintos: cuatro italianos, dos filipinos, dos marroquíes, un moldavo, un colombiano, un nigeriano y uno de Sierra Leona. Del grupo; dos presos son musulmanes, uno es ortodoxo, uno es budista y ocho son católicos, informó el Vaticano.
El capellán de 74 años del ex convento convertido en cárcel al final del 800’ que acogerá al Pontífice, indicó que el mensaje más bello de la visita será, precisamente, la cercanía con “estilo paterno” del Papa latinoamericano.
“El sentido lo podemos encontrar en el gesto de arrodillarse por parte de ese hombre vestido de blanco para lavar los pies a unos desconocidos ( y de otras religiones) para decir que esa persona y todas las personas que están ahí tienen una dignidad que solamente la fe nos puede hacer descubrir a través del recuerdo de Cristo”.
Precisamente, el Papa ha instado hoy a sus sacerdotes a la cercanía que es la clave del evangelizador porque es una actitud que se encuentra en Jesús y en el Evangelio. Lo dijo durante la homilía de la mañana de la Misa Crismal del Jueves Santo en la basílica de San Pedro.
Recordó a sus sacerdotes: “Si te sientes lejos de Dios, acércate a su pueblo, que te sanará de las ideologías que te entibiaron el fervor”.
Al estilo de su apostolado iniciado cuando era arzobispo de Buenos Aires cuando salía a realizar el rito del lavado de los pies en las cárceles, los hospitales psiquiátricos y los barrios pobres (incluidas las Villas), Francisco ha traído esa tradición ‘callejera’ y popular a Roma, y la repetirá por la quinta vez hoy, siendo obispo de la diócesis símbolo de la cristiandad.
En la visita a la cárcel incluirá un encuentro cercano y privado con algunos de los presos enfermos y otro con 600 de los cerca de 900 reclusos de la VIII Sección del penitencial Regina Coeli. Radio Vaticana transmitirá la celebración a partir de las 16:20 p.m. Hora local.
Al ser una prisión de primera acogida, la población está compuesta por jóvenes de entre 18 y 35 años, es decir el 60-65%, pertenecientes a 60 nacionalidades diferentes.
En los años anteriores, el papa Francisco ha celebrado la Misa de la Última Cena del Señor o “in Coena Domini” en las cárceles de Paliano (2017), Rebibbia (2015), y en el centro de detención para menores de Casal de Marmo (2013).
Significativa ha sido la misa del 2016 para llamar la atención del mundo sobre la tragedia de los migrantes, cuando celebró el rito en el Centro de Acogida para los Solicitantes de Asilo, en las afueras de Roma, donde lavó los pies a varios refugiados, algunos de ellos en lágrimas
Asimismo, en 2014 el Papa celebró la misa en el Centro Santa María de la Providencia, administrado por la Fundación Don Gnocchi, que atiende a personas con discapacidad.
Con la visita de Francisco, ésta será la cuarta vez que un Papa encuentre a los detenidos en Regina Coeli, el último fue Juan Pablo en 2000, en el año del Gran Jubileo. En recuerdo de esa visita, el padre Treni contó a TV2000 que había enviado una carta simple al papa Juan Pablo para invitarlo a la cárcel para celebrar el año santo con sus asistidos, los presos de Regina Coeli. “Una noche, escribí una carta, con cinco líneas: Santidad, nosotros estamos a la distancia de 1,2 km de la puerta de San Pedro, desde hace 22 años le estamos esperando, estaríamos muy felices de recibirla en estas circunstancias […]. El Papa leyó la carta e hizo el gesto de ‘V’ con el dedo a sus colaboradores; ¡Vamos! Es ahí”.