Un apócrifo judío sobre el Génesis, único en el mundoSetenta años después de su descubrimiento en el desierto de Judea, un fragmento de los Rollos del Mar Muerto se expone por primera vez en el Museo de Israel en Jerusalén.
El Genesis Apocryphon fue uno de los siete Rollos del Mar Muerto que componían una colección de textos judíos datados del siglo I a. C. y que se encontraron en unas cuevas de Cisjordania en los años 1940 y 1950. Es la única copia existente de un texto antiguo que narra historias del primer libro de la Biblia.
“Esta es la única copia de este libro en el mundo”, afirmó Adolfo Roitman, curador del Santuario del Libro del Museo de Israel, según informa Associated Press.
El pergamino cuenta la historia del Arca de Noé “posándose en los picos del monte Ararat después de la legendaria inundación. Noé cuenta cómo ‘expió por toda la tierra en su totalidad’ al ofrecer varios sacrificios de animales”, informó AP.
También, como descubrió el profesor de la Universidad de Bersheva, Elisha Qimron en 2013, introducen nuevas perspectivas en otro pasaje, el de la maldición de Noé a su hijo Cam: la Biblia cuenta que Cam se burló de su padre borracho, mientras que según el Apocryphon del Mar Muerto, el hijo predilecto, Sem, era desde el principio el heredero de la Tierra Prometida y Cam y sus descendientes se la usurparon.
Los versos del texto en arameo son peculiares por el hecho de estar escritos en primera persona. También se describen las vidas de Abraham, Enoc y Lamec, personajes del Génesis.
“De alguna manera, lo que tenemos son historias paralelas que no tenemos en la Biblia hebrea, en la que los patriarcas se presentan de formas diferentes a las que tenemos hoy en el Pentateuco”, declaró Roitman.
Los visitantes del museo pueden estudiar el delicado pergamino presionando un botón que lo ilumina durante 30 segundos, para protegerlo de la luz directa.
Debido a su fragilidad, solamente una sección del Génesis Apocryphon se ha puesto en exposición.
“Es la primera vez que el público general lo ve”, dijo Ido Bruno, director del Museo de Israel. “Ahora tenemos una ventana de oportunidad para verlo durante unos cuantos meses y luego volverá a los sótanos para no ver la luz del día de nuevo hasta dentro de una docena de años”.