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Cuando nos convertimos en nuestra peor enemiga

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Adriana Bello - publicado el 27/02/18
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Las mil y un formas de autosabotearnos

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No hay mejor motivación que la que nace de uno mismo, pero a veces hay como una especie de vocecita interior que nos dice: “no eres lo suficientemente buena”, “ya estás muy vieja para eso”, “es porque ella es más linda e inteligente que tú” o un sinfín de cosas más que nos sabotean los planes, nos paralizan y/o nos hacen sentir inferiores, bien sea a nivel personal o profesional.

Lo peor es que, la mayoría de veces, son cosas y malentendidos que una misma se inventa y retroalimenta, bien sea por temores o complejos, y que solemos guardarnos para torturarnos mentalmente con eso una y otra vez. ¡Pues hay que parar! Para alcanzar lo que deseamos, primero debemos reconocer y superar las propias barreras que nosotras nos imponemos.

Acéptate

Así como reconoces fortalezas y debilidades en otras personas, aprende a aceptarte con tus imperfecciones. De hecho, reconocerlas te permitirá enfocarte y potenciar aquello en lo que eres más fuerte (tu aspecto diferenciador) y buscar ayuda o trabajar más en aquello en lo que quizá no eres tan buena.

Sé comprensiva con tus propias debilidades (sí, hora de darle un té tranquilizante a tu crítica interior) y aprecia el doble cada uno de tus logros.

Busca la excelencia, no la perfección.

Igualmente, aprende a decir “no”; a veces queremos abarcar demasiadas cosas y no es una cuestión de capacidad o talento sino de tiempo, pero nos terminamos frustrando igual sin necesidad.

¡No todos podemos ser buenos en todo! (y por eso también es injusto que te compares con otras personas).

UNHAPPY

HBRH – Shutterstock

Tómate tiempo para reflexionar (pero no te aísles)

Hoy en día, las mujeres somos esposas, novias, hijas, madres, hermanas, profesionales, amigas y un largo etcétera, lo cual puede ser bastante abrumador, así que es necesario tomar una pausa de vez en cuando y reflexionar sobre lo que quieres y lo que estás haciendo (o no haciendo) para lograrlo.

En este momento el pequeño diablillo interior puede aparecer para autosabotearte, y es aquí cuando es importante consultar a una amiga o familiar que te conozca (pero no sea complaciente) para que no caigas en un espiral autodestructivo.

Por ejemplo, quizá una de tus metas era encontrar pareja y no lo has logrado, entonces puedes empezar a sabotearte con ideas como que eres fea o poco interesante, cuando quizá es que cuando te han invitado a conocer a otras personas fuera de tu círculo has dicho que no o es sólo una cuestión de actitud.

Enfrentar los miedos

Sentir miedo es totalmente normal (y preocuparse también), pero no dejes que eso te consuma, porque no sólo drena tu energía, sino que es poco productivo y sólo te deja una cosa: más estrés, ansiedad y miedos.

“Es que soy muy joven para ese cargo”; “no tengo el dinero para lograrlo”; soy una persona muy ocupada y no tengo tiempo para nada…”, ve realmente si éstas son meras excusas y lucha por lo que quieres si es realmente tan importante para ti.

No dejes que el miedo de no lograr lo que quieres te generen un patrón de conducta de auto-sabotaje para tener una “justificación”.

Procrastinación

A veces el tiempo que pasa entre la intención y la acción es demasiado largo. Hay que ser capaces de tomar decisiones y no darle demasiadas vueltas a un mismo asunto o inventar excusas a algo que, a la larga, se puede convertir en un sufrimiento aún más largo.

También hay quienes dejan a medias las cosas para no enfrentarse al rechazo o por temor a no “estar a la altura de las circunstancias”, pero de esta manera tampoco conocerán la alegría de un objetivo cumplido.

Esto aplica para el propio autosabotaje, es decir, si ya sabes que eres de las personas que constantemente se critica a sí misma de una forma poco saludable.

¿Por qué dejar para mañana las acciones que te permitan lograr sentirte más a gusto contigo misma hoy?

Sí, es bueno escuchar nuestra propia voz, pero la que sale de nuestro corazón, no de nuestras inseguridades.

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