“Animar a los fieles a permanecer en su tierra”, instó el Pontífice a los obispos miembros del Sínodo de la iglesia católica greco-melquita que se reunieron a inicios del mes en Líbano El papa Francisco instó a los miembros del Sínodo de la Iglesia católica oriental, greco-melquita, a trabajar para que en la Iglesia haya pastores “pobres”, no apegados al dinero o a los lujos, que tengan un bajo perfil y sepan reanimar a su pueblo, en especial se refirió a los “cristianos perseguidos”.
“Necesitamos tanto pastores que abracen la vida con la amplitud del corazón de Dios, sin asentarse en las satisfacciones terrenales, sin estar contentos de continuar lo que ya está allí, pero siempre apuntando alto”, exclamó el Papa este lunes 12 de febrero de 2018, al destacar las características del ‘bueno pastor’ en la figura del obispo.
Así recibió a los miembros del Sínodo que se realizó en Líbano en los primeros días de febrero organizado por la Iglesia greco-católica melquita, iglesia oriental que sigue la liturgia bizantina y utiliza como lenguas litúrgicas el griego y el árabe. Los miembros de esa denominación eclesial católica oriental escogieron nuevos obispos que fueron presentados al Papa para su “bendición”.
El Papa manifestó que el camino sinodal es fundamental para tomar decisiones a favor de los fieles. Invitó para que los patriarcas y los nuevos obispos sean “testigos del Resucitado”.
“Pastores que, como el Señor con sus discípulos, revivan los corazones de los fieles, respalden a sus vecinos, los consuelen, se bajen para ellos y sus necesidades”, sostuvo.
Al mismo tiempo, exhortó a que los Pastores acompañen a los fieles “hacía arriba” para “buscar las cosas de arriba, donde Cristo está, no los de la tierra”.
“Tenemos necesidad de tantos pastores que abracen la vida con el corazón amplio de Dios, sin acomodarse a las satisfacciones terrenas” probando satisfacción en hacer las cosas de siempre, o que se han hecho siempre así.
Francisco pide que haya pastores que acompañen a las cosas más altas de Dios, libres de la “tentación de permanecer ‘a baja altura’, liberados de las medidas restringidas de una vida cálida y habitual; pastores pobres, no apegados al dinero y al lujo, en medio de la gente pobre que sufre; consistentes anunciadores de la esperanza de Pascua, en perpetuo viaje con nuestros hermanos y hermanas”.
El Pontífice que hoy en su homilía de Santa Marta ha puesto como ejemplo de paciencia cristiana a las comunidades cristianas perseguidas en Medio Oriente, reconoció que este era un “difícil período histórico” para esas comunidades que “están llamadas a vivir su fe en el Señor Jesús en medio de muchas pruebas”.
“Espero sinceramente que, con su testimonio de vida, los obispos y los sacerdotes greco-melquitas puedan animar a los fieles a permanecer en la tierra donde divina Providencia ha querido que nacieran”, dijo el papa Francisco.
En especial, señaló la realidad de Siria “golpeada en los últimos años por un sufrimiento indescriptible” y de todo el Medio Oriente, región donde ‘pastorea’ la Iglesia greco-melquita y en la que “está profundamente arraigada y juega un servicio precioso para el bien del Pueblo de Dios”, manifestó.
Asimismo, el Papa recordó el día de oración y ayuno por la paz que convocó el próximo 23 de febrero 2018.