Se trata del punto de peregrinación más emblemático del cordón de localidades que rodean a la ciudad más famosa de Argentina La devoción a Nuestra Señora de Lourdes es una de las más difundidas en todo el mundo, y las grutas que evocan su aparición con santa Bernardita están por doquier. En torno a estas grutas, se han erigido algunos santuarios que cada 11 de febrero rebosan de devotos, agradecidos o penitentes, pero siempre emocionados. Por eso, para muchos, el santuario de Lourdes no queda en Francia, sino en Santos Lugares, en pleno gran Buenos Aires.
Se trata probablemente del punto de peregrinación más emblemático del cordón de localidades que rodean a la ciudad de Buenos Aires. Los responsables de su construcción y atención, aún hoy, son los padres asuncionistas. Ellos encomendaron a la Virgen de Lourdes y le prometieron una gruta allá por 1910 si el superior de la congregación, gravemente enfermo, se curaba. Así fue, e inmediatamente comenzaron a construir la historia de fe de un barrio que de por sí ya tenía un nombre especial, Santos Lugares, nominación que data del siglo XIX y precede a la llegada de la congregación.
Aquel primer milagro ya fue convocando a otros devotos, que primariamente, mientras se buscaban los fondos, celebraban ante una gruta de papel donde funcionaba inicialmente una capilla de chapa. En 1915 se pudo empezar a construir la gruta a imagen de la original, en Francia, y a partir de allí y a lo largo de cien años fue creciendo un santuario cuya historia se lee en cada mensaje de agradecimiento plasmado en cada ladrillo que lo rodea.
Dos estilos conviven en su imponente edificio. En la parte inferior estilos románticos, y en la superior, neo-góticos. La torre central alcanza los 74 metros, y esto sin contar la cruz de 4 metros. Pero aún con la imponencia del interior del templo, no deja de conmover la sencillez de la gruta, en la que el peregrinar es incesante. En el santuario de Lourdes en Santos Lugares, popularmente conocido como la basílica, se encuentra siempre paz, cosa impensable cuando el peregrino se va acercando a su zona atravesando la general paz o las distintas calles más comerciales del gran Buenos Aires.
Este 11 de febrero, como en todos los templos y espacios dedicados a Nuestra Señora de Lourdes, el peregrinaje en Santos Lugares será masivo. Se seguirá construyendo la historia de fe de un santuario en el que ya no caben más espacios para inscribir los agradecimientos que seguramente María si logrará atesorar en su corazón.
(Actualizado febrero de 2020)
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