Tras su viaje a Chile, el Pontífice ha querido conocer más sobre el caso del obispo Juan Barros y las denuncias de los fieles laicos de la diócesis de Osorno
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La Iglesia en Chile comentó positivamente que el papa Francisco haya dispuesto que monseñor Charles J. Scicluna viaje a ese país para reunirse con algunas personas que aseguran tener pruebas del encubrimiento de abusos sexuales por parte del obispo de la sureña ciudad de Osorno, monseñor Juan Barros.
Esta decisión sale al paso de las críticas que recibió el papa Francisco por su defensa del obispo Barros, quien fue acusado de haber encubierto los crímenes del sacerdote Fernando Karadima. El Obispo de Roma ya pidió disculpas al finalizar su gira por Chile y Perú en la conferencia del vuelo de regreso a Roma por haber ”herido a muchos abusados” con sus palabras, antes de la misa en Iquique.
Ahora, el líder de la Iglesia Católica persiste en el camino de esclarecer los hechos alrededor del obispo Barros, anunciando que va a enviar a Chile a monseñor Scicluna, considerado el mayor experto en crímenes sexuales del Vaticano, para “escuchar” a quienes denuncian al obispo cuestionado, a quien Francisco había hecho obispo en 2015.
¿Quien es el emisario del Papa, llamado por la prensa el verdugo de Maciel y Karadima?
El vocero de la Conferencia Episcopal chilena, Jaime Coiro, dijo que será el arzobispo Charles J. Scicluna quien determinará “si existen elementos suficientes para iniciar una investigación (en contra de Barros)” una vez que haya “recopilado la información” de los denunciantes.
”El obispo (Barros) se encuentra hoy en actividad fuera de Osorno y expresó que todo lo que disponga el Papa lo acoge con fe y alegría”, agregó Coiro sobre la reacción del obispo acusado.
Monseñor Scicluna es llamado por la prensa el verdugo de Maciel y Karadima. El monseñor maltés fue el encargado de investigar en 2005 al sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, quien fue hallado culpable de abusos sexuales.
Scicluna conoce el contexto chileno, pues también participó en la condena del mentor de monseñor Barros, el sacerdote Karadima, quien fue párroco de uno de los templos más exclusivos e influyentes de la metrópoli de Santiago. En 2009, Scicluna recibió en el Vaticano al arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, quien le informó de las denuncias de los tres hombres que habían acusado a Karadima de abusos.
Por el momento, no hay una fecha para la llegada de Scicluna a Chile. Sin embargo, crecen con las horas las expectativas de la efectividad de su visita, asimismo considerando la experiencia y el rigor del enviado del Papa.
Para la muestra, en 2010, Scicluna indicó que para quienes comenten abusos sexuales el “infierno será más duro” al citar a San Gregorio Magno durante una homilía en la Basílica Vaticana. Luego corrigió el tiro diciendo a la prensa que él no era quien para mandar al infierno a nadie (Repubblica 19.07.2014).
Por sus declaraciones publicas, asimismo se concibe como un hombre que cree en la misericordia de Dios, pero también en el arrepentimiento del mal hecho. Incluso como promotor de justicia del ex Santo Oficio ha exhortado a que se aplique la dimisión al estado clerical de quien puede dar escándalo a los más pequeños e inocentes.
Se le reconoce como el máximo experto en los asuntos del Vaticano respecto a los delitos más graves (delicta graviora), entre estos “los actos impuros” cometidos por un sacerdote contra un menor.
Del 2002 al 2012 ha sido promotor de Justicia en la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) donde ha estudiado centenares de casos de abusos. Es decir, que ha enfrentado el momento más difícil de los escándalos de abusos durante el final del pontificado de Juan Pablo II y el inicio del solio de Benedicto XVI.
Scicluna ha sido testigo y protagonista de la continuidad en la lucha contra la pederastia con Francisco. En 2015, el Papa latinoamericano designó a Scicluna como líder del equipo doctrinal que se encarga de las denuncias presentadas contra consagrados acusados de abuso dentro de la CDF.
Durante el pontificado del papa Francisco se ha establecido que el pecado de abuso sexual de menores por parte de consagrados al servicio de la Iglesia sea considerado ‘teológicamente’ igual a una profanación del cuerpo de Cristo en la eucaristía. Por tratarse de la corrupción de inocentes, discípulos de Jesús.
Por ende, el peso de la “tolerancia cero” recae también sobre el obispo que encubre el delito de un sacerdote pedófilo. Por eso, el Papa de regreso de su viaje de Israel en 2014 había dicho que los sacerdotes abusadores de niños con sus actos celebraban una “misa negra”.
Cuando el Papa ha hablado de ‘evidencias’ es porque la justicia necesita de elementos probatorios para emitir sentencias. En función de la justicia y no de la venganza. Esto vale también para el futuro caso (si se abre) de Juan Barros. En esta línea se centra la delicada misión de Charles Scicluna, el experto en crímenes sexuales del Vaticano.
Por demás, el caso Barrios es emblemático del cambio en curso de mentalidad y búsqueda de la verdad por parte de la Iglesia Católica.
En el pasado, los abusos a menores y los escándalos no fueron evitados por algunos de los obispos locales. Algo que contradecía el principio de que cada obispo es responsable del gobierno pastoral de su diócesis. Por lo tanto, del bienestar del rebaño que le había sido confiado por la Iglesia; esto es desde el más ‘pequeño’ de los fieles hasta el último.
Los obispos tenían que denunciar al sacerdote acusado y adecuarse a la justicia de cada país. Fórmula ineficiente debido a las crisis en países como EE.UU., Irlanda, Alemania, Bélgica, Holanda. Y en el caso específico, de los Legionarios de Cristo. Sin embargo, en los peores casos de negligencia de los obispos, la Santa Sede ha tenido que activar la justicia desde su tribunal en la CDF, donde ha sido miembro activo monseñor Scicluna.
El papa Francisco con el envío de un emisario a Chile ha demostrado su deseo de ir a fondo en el caso del obispo Barros. Así como ya lo ha hecho siguiendo los pasos de Benedicto XVI para renovar los procesos y normas canónicas; las nuevas línea guía para las conferencias episcopales en función de responder y prevenir a los abusos sexuales de niños y personas indefensas.
Igualmente, Francisco ha aumentado las visitas pastorales para intervenir en situaciones graves como lo ha hecho con el caso del Sodalicio de Vida Cristiana (SCV) en Perú. Recientemente ha nombrado al monseñor colombiano Noel Antonio Londoño Buitrago como Comisario Apostólico para el SCV a inicios de enero de 2018.