La fe en Jesús es coraje para ir más allá de las dificultades, como han hecho muchos santos: esto es lo que caracteriza a la oración cristiana.
Lo dijo el 12 de enero de 2018 el Papa en su homilía en Casa Santa Marta, inspirándose en el evangelio de la curación del paralítico.
¿Cómo es en el Evangelio la oración de quienes se arriesgan ante el Señor para obtener lo que quieren?
El evangelio de Marcos habla de las curaciones de un leproso y de un paralítico. Ambos rezan para lograrlo, ambos lo hacen con fe.
"Si quieres, puedes..."
El leproso, subraya el Papa, reta incluso a Jesús con valentía, diciendo: "¡Si quieres puedes curarme!".
Y la respuesta del Señor en inmediata: "Quiero". Todo es, enseña el Evangelio, "posible para el que cree".
Siempre, cuando nos acercamos al Señor para pedir algo, se debe partir de la fe y hacerlo en la fe: "Yo tengo fe en que Tú puedes curarme, yo creo que puedes hacerlo”.
Y tener el valor de desafiarle, como este leproso y este paralítico. La oración de la fe.
No recemos como los loros
El Evangelio nos lleva a preguntarnos sobre nuestra forma de rezar. No lo hagamos como "papagayos" y sin "interés" en lo que pedimos, sino, sugiere el Papa, supliquemos al Señor que "ayude a nuestra poca fe" ante las dificultades.
Son muchos, de hecho, los episodios del Evangelio en los que acercarse al Señor es difícil para quien está necesitado, y esto sirve de ejemplo para cada uno de nosotros.
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El paralítico es incluso bajado por el techo para que su camilla llegue al Señor que está predicando a la inmensa muchedumbre.
"La voluntad hace encontrar una solución" subraya el Papa, hace "ir más allá de las dificultades".
Valor y paciencia
Valor para luchar por llegar al Señor. Valor para tener fe, al principio: "Si quieres puedes curarme. Si tú quieres, yo creo'".
Y valor para acercarme al Señor, cuando hay dificultades. Ese valor... Muchas veces, hace falta paciencia y saber esperar los tiempos, pero sin desanimarse, ir siempre adelante.
Pero si yo con fe me acerco al Señor y digo: "Si quieres puedes darme esta gracia”, y después… como la gracia no ha llegado en tres días, voy a otra cosa, me olvido.
Si la oración no es valiente, no es cristiana
Santa Monica, madre de Agustín, rezó y "lloró mucho", por la conversión de su hijo, y logró obtenerla: el Papa la cita entre los santos que tuvieron una fe muy valiente.
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Valor "para desafiar al Señor", valor para "jugársela", aunque no obtenga en seguida lo que pide, porque en la oración "se juega fuerte" y "si la oración no es valiente, no es cristiana".
La oración cristiana nace de la fe en Jesús y va siempre con la fe más allá de las dificultades.
Una frase para traerla hoy a nuestro corazón nos ayudará, desde nuestro padre Abraham, a quien se le prometió la herencia, es decir, tener un hijo a los cien años.
Dice el apóstol Pablo: "Creyó" y con esto fue justificado. La fe y "se puso en camino": fe y hacer de todo para llegar a esa gracia que estoy pidiendo.
El Señor nos dijo: "Pedid y se os dará". Tomemos esta palabra y tengamos confianza, pero siempre con fe y jugándonosla: este es el valor de la oración cristiana. Si una oración no es valiente, no es cristiana.
Traducción del original italiano realizada por Aleteia