separateurCreated with Sketch.

La imagen de la Virgen que abrió los ojos mirando a los pasantes

Virgen Maria
Maria Paola Daud - publicado el 13/12/17

Una antigua leyenda en un pasadizo casi secreto de la antigua RomaEn Roma, muy cerca de uno de los lugares característicos más visitados por los turistas, Campo dei Fiori y Piazza Navona, se encuentra un pasadizo histórico muy antiguo y misterioso que custodia una imagen de la Virgen María que fue muy popular por los acontecimientos ocurridos en el año 1796.

Roma

Ma. Paola Daud
Roma

Ma. Paola Daud

Este pasadizo en la antigua Roma conducía a la entrada principal del Teatro de Pompeyo en el año 55 a. C., un imponente teatro que luego, a causa de varios incendios y con el pasar del tiempo quedó convertido en ruinas. Hasta que la noble familia romana Orsini, en el Renacimiento, decide construir su palacio en el lugar, para alojar a muchos huéspedes de honor, como Lucrecia Borgia.

En el lugar donde antiguamente, dentro del teatro, se encontraba el templo dedicado a Venus, los Orsini hicieron construir la Iglesia que actualmente lleva el nombre de Santa Maria in Grottapinta. La iglesia custodiaba una imagen del 700 de la “Madonna del latte”, (la Virgen de la leche) que luego fue trasladada al pasadizo, llamado Pasetto del Biscione – en español, pasadizo de la serpiente -, llamado así por la anguila que estaba representada en los escudos de armas de la familia Orsini.

Es allí mismo, en este pasaje, que el 9 de julio de 1796 ocurre un hecho milagroso extraordinario: la Virgen comenzó a abrir los ojos como si se despertara de un profundo sueño, abría y cerraba los ojos mientras seguía con la mirada a todos los transeúntes, que se habían reunido con gran asombro ante el anuncio de tal evento.

El milagro duró por un tiempo y fueron muchos que movidos por la fe querían ver este curioso acontecimiento. Para llegar al lugar había que caracolear entre las estrechas callecitas romanas, que se convertían en una suerte de laberinto, hasta lograr encontrar el pequeño pasadizo, que estaba bastante escondido. Muchos se perdían, y de allí es que nace un famoso refrán romano “andare a cercare Maria pe’ Roma”, “ir a buscar a María por Roma”.

Después de que la imagen volviera a cerrar definitivamente los ojos, fue trasladada en procesión hasta la iglesia de San Carlo ai Catenari, donde se encuentra actualmente. En su lugar se colocaron sucesivamente varias imágenes de la Virgen, ya que eran destruidas por actos anónimos de vandalismo.

El mismo pasadizo fue cayendo al final en la ruina, hasta que en el año 2014, el centro de estudios que funciona en la Capilla Orsini, dio voluntariamente un restyling con un meticuloso trabajo de restauración para darle vida  de nuevo. En el lugar de la “Madonna del latte” se colocó una reproducción exacta de la Virgen de la Divina Providencia del prestigioso artista Scipione Pulzone da Gaeta.

No dejes de admirar la imagen:

Roma

Ma. Paola Daud
Virgen Maria

Ma. Paola Daud
Angel

Ma. Paola Daud
Virgen Maria

Ma. Paola Daud
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.