Las raíces cristianas del Valle de la Luna añadieron profundidad al planeta Jedha de Star Wars
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El año pasado, Rogue One: una historia de Star Wars entretuvo al público con su cautivadora narrativa y sus hermosas vistas. Lo que quizá sorprenda a algunos es que un paisaje fundamental de la película (conocido como el planeta-luna de Jedha) no fue producto de la animación digital. Es un emplazamiento real, mencionado en la Biblia, que fue también hogar de monjes y eremitas cristianos de la Antigüedad tardía y de principios de la Edad Media. De hecho, la tradición de los Padres del desierto egipcio llegó a extenderse hasta esta región.
Mientras preparaba Rogue One, el director Gareth Edwards concebió el planeta Jedha como un lugar de peregrinación religiosa en el universo Star Wars. Según declaró Edwards a los periodistas, “si Una nueva esperanza es, más o menos, como la historia de Jesús, tiene que haber toda una religión detrás de ello (…) Durante miles de generaciones, los Jedi han sido los líderes de este sistema de creencia espiritual (…). Por lo tanto, tiene que haber un equivalente a la Meca y Jerusalén en el mundo de Star Wars”.
Entonces, se creó toda una historia espiritual de fondo para el planeta Jedha: dentro del universo Star Wars, este es el lugar al que iban los caballeros Jedi para hacer sus espadas láser, un lugar que gira en torno a un templo para los creyentes en la “Iglesia de la Fuerza”: una antigua religión sobre la misteriosa energía que une el universo Star Wars.
Resulta especialmente interesante que Edwards escogiera el Uadi Rum (que en árabe significa Valle de los Romanos, también conocido como Valle de la Luna), en Jordania, como telón de fondo para su ficticio planeta Jedi. El lugar, sin duda, tiene un aura mística, como de “otro mundo”, y de hecho ha sido utilizado frecuentemente para películas ambientadas en el planeta Marte. Pero lo más importante es que también alberga una dimensión espiritual con una historia propia no menos rica.
Bíblicamente hablando, algunos investigadores creen que Uadi Rum aparece en el libro de Génesis con el nombre de Aram o Iram, y también podría ser la tierra de Us mencionada en el libro de Job.
Otros expertos la consideran parte central de la tierra de Midián, donde huyó Moisés después de matar a un egipcio (ver Éxodo 2,11). Cualquiera que fuera el caso, el Uadi Rum tiene una notable conexión histórica con varios acontecimientos bíblicos y, más adelante, se convirtió en el foco del ascetismo cristiano.
Antes de los días del Califato Rashidun (u Ortodoxo, periodo de los cuatro califatos principales establecidos tras la muerte de Mahoma), el desierto de Uadi Rum perteneció primero al reino nabateo, luego al imperio romano y, finalmente, a los bizantinos. Fue durante este último periodo cuando, según parece, recibió su nombre actual: los habitantes del desierto —principalmente tribus beduinas que o bien adoraban a dioses romanos o se habían convertido al cristianismo—, se referían a las comunidades monásticas y ascéticas cristianas establecidas en la región como ‘rum’, es decir, ‘romanos’, una palabra que servía tanto para los romanos orientales (o sea, bizantinos) como para los griegos.
Actualmente no hay vida monástica en Jordán, ni católica ni ortodoxa, aunque sí hay presencia cristiana por todo el país, lo cual mantiene con mucha vida una tradición de dos mil años de antigüedad. Pero aunque no hayan vivido monjes en el desierto o las colinas de alrededor durante siglos, el visitante todavía puede ver, pasear e incluso descansar en las cuevas donde una vez vivieron, ya que hoy en día las usan sobre todo los pastores mientras sus rebaños pastan en los alrededores.
Aunque el director de Star Wars Gareth Edwards no escogió el Uadi Rum por sus cimientos espirituales, la excepcional historia de la región añade autenticidad al planeta ficticio de Jedha, haciendo de Uadi Rum un lugar de peregrinación y soledad tanto para caballeros Jedi como para monjes cristianos.