Un rabí, un iman y un sacerdote católico entran en un bar… Por si no lo sabías, algunos santos fueron famosos por su excelente sentido del humor. Felipe Neri (“el santo del buen humor”), Francisco de Sales y Teresa de Ávila, por ejemplo, no son conocidos solamente por la ejemplaridad de sus vidas, sino también porque sabían bromear para reforzar sus mensajes. Pero no hay que remontarse hasta los siglos XVI o XVII para encontrar ejemplos de buen humor eclesiástico. Por ejemplo, se dice que cuando un periodista preguntó al beato Juan XXIII (Papa de 1958 a 1963) cuántas personas trabajaban en el Vaticano, el Papa calló un momento para reflexionar y respondió: “Más o menos la mitad”.
Así que aquí tenéis tres chascarrillos que, aunque quizás no te hagan desternillarte de risa por el suelo, esperamos que al menos te despierten alguna risilla:
- Un rabí, un imam y un sacerdote católico entran en un bar. El camarero les mira y pregunta “qué es esto, ¿un chiste?”.
- La última vez que cambiamos a horario de verano, un amigo predicador publicó en redes: “Para quienes tienen por norma llegar 15 minutos tarde a la iglesia, permítanme que les recuerde que esta noche es cuando tienen que adelantar el reloj 45 minutos”. (Fuente: Reader’s Digest)
- ¿Cuántos católicos hacen falta para cambiar una bombilla? Ninguno. Usan velas.