Para lograr buenos hábitos alimentarios en los niños se requiere tiempo, paciencia, buen ejemplo y mucho amor. Seguramente has sufrido alguna vez el rechazo de tu hijo cuando le sirves un plato con verduras, las caras feas y que no quiera probarlas de ninguna manera. Pero no sucede lo mismo cuando le ofreces alguna pasta u alguna preparación dulce. ¿Tiene esto alguna explicación? ¿Qué puedo hacer para que coma verduras?
Sí, hay varias razones por las que los pequeños rechazan los alimentos que no son dulces.
La preferencia por el sabor dulce es innata, ya que desde el vientre materno el bebé percibe los sabores de los alimentos consumidos por la mamá a través del líquido amniótico. Al final del embarazo puede hasta tener expresiones faciales frente a sabores amargos y de agrado por lo dulce. Luego al nacer toma la leche materna, de sabor dulce conferido por su contenido en lactosa, muy apetecible por el bebé y que además le brinda un efecto analgésico. Por lo tanto, esto hace que rechace ciertos alimentos a lo largo de la infancia.
Otra de las razones es que sus papilas gustativas tienen una especial sensibilidad hacia los sabores amargos, siendo un mecanismo de defensa del organismo para evitar algún daño como la ingestión de productos tóxicos que presentan sabor amargo.
Sucede también que los alimentos dulces otorgan más calorías que las verduras y brindan energía de forma más rápida, algo que los niños necesitan para crecer durante los primeros años de vida.
Algunos consejos para ayudarte a que coman vegetales
- No obligarles
- No ofrecer recompensas ni amenazar con castigos.
- Para los que les guste la pasta, prepararla con verduras como se suele hacer en una ensalada de pasta, por ejemplo.
- Evitar al principio ciertos sabores amargos y comenzar ofreciéndoles preparaciones con vegetales más dulces como el calabacín, el maíz (choclo), la zanahoria o los guisantes (arvejas).
- No llenarles el plato de verduras. Presentarlas siempre como una guarnición acompañando algo que les guste.
- Comenzar a introducirlas desde el inicio de la alimentación complementaria, paulatinamente para que vayan adquiriendo el hábito.
- Insistir muchas veces. Se dice que se puede llegar a ofrecer un alimento hasta 90 veces para que lo acepten. Como ves, necesitarás paciencia pero, recuerda, sin forzar u obligar.
- Comer con ellos, que vean que tú también comes verdura es una pauta importante para que ellos la introduzcan en su dieta por imitación.
- A través de la lactancia materna podemos ayudar al bebé a incorporar alimentos, ya que a través de ella perciben los sabores de los alimentos que come la madre.
Es sumamente importante comenzar desde la primera infancia a introducir poco a poco alimentos nuevos, con sabores distintos, principalmente antes de los 2 años, ya que esta etapa probablemente determinará lo que coman más adelante en su vida.