¿Por qué un bebé se calma con la camiseta de su madre? ¿Cómo puede reconocer tu olor? La ciencia nos lo explicaMamá, ¿adivina qué? A tu bebé, desde el primer segundo de vida, le encanta cómo hueles. ¡Y no es por el jabón que usas ni por el perfume que te pones! Es por tu olor natural el que distingue. ¡Le encanta!
Pero si tu bebé acaba de llegar a este mundo, ¿cómo puede reconocer tu olor? La ciencia nos enseña y nos hace sonreír con su respuesta: tu bebé ha estado nadando en él durante nueve meses.
Resulta que el líquido amniótico de una mujer, que rodea a su feto en desarrollo, huele y sabe como a ella y el feto desarrolla la capacidad de detectar estas cualidades desde una edad muy temprana en la gestación. Así, al nacer, el olor único de una madre es bien conocido por su bebé.
Eso explica por qué los recién nacidos se calman cuando se encuentran separados de sus madres si están expuestos a un algodón con el olor del pecho de su mamá o su líquido amniótico. Incluso nos hace comprender por qué lloran por períodos significativamente más cortos de tiempo, como ha sido probado.
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Todos sabemos lo poderoso que puede ser un olor familiar y cómo puede transportarnos a un mundo diferente. Un recién nacido ha sido sacudido a una brusca y nueva realidad de luces brillantes, ruidos fuertes, el frío, el hambre y el dolor. Imagínate: cualquier recordatorio de la vida perfecta que dejó atrás debe ser celestial. ¿Hay alguna duda de que llore por su madre día y noche?
Esta es la fascinante biología que debemos conocer y que no sólo nos enseña y nos llena de ternura, sino que también nos importa para muchos de los debates actuales sobre cuestiones sociales que enfrentamos hoy.
Algunos abogan por “la nueva normalidad” – óvulos y esperma donados, vientres de alquiler, dos madres o dos padres. Sostienen que las relaciones biológicas son desechables, y que tanto el hombre como la mujer, sea padre o madre – son todo lo mismo para un niño.
Pero la ciencia tiene un mensaje diferente. Esta dice que hombres y mujeres son únicos, y que las relaciones biológicas son profundas e insustituibles, sobre todo la que existe entre una madre y su bebé desde el primer momento de vida en su vientre y durante su desarrollo en los meses de embarazo.
Las verdades biológicas no son siempre “políticamente correctas”, pero hacer caso omiso de ellas o revelarnos contra ellas puede ser peligroso. Mientras las ideologías quieren comunicar sus opiniones pasando por alto la biología, la ciencia nos invita a profundizar en el milagro de la vida y descubrir su belleza.