54 años después de la muerte de Kennedy, Donald Trump dejó 200 documentos sin desclasificar
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Si uno recorre los estantes dedicados a la historia de Estados Unidos, los de las biografías y los de los hechos criminales, en librerías enormes como Barnes & Noble, se encontrará con cientos de libros que hablan sobre el 22 de noviembre de 1963, Dallas (Texas) y las teorías conspiratorias para asesinar al presidente John F. Kennedy.
Ayer jueves 26 de octubre su cumplía la fecha para desclasificar y liberar poco más de 3,000 informes confidenciales, guardados en estricto secreto, sobre las informaciones de la CIA y el FBI en torno, entre otras cosas, al todavía oscuro viaje del “asesino solitario” de Kennedy, Lee Harvey Oswald, a México en septiembre de ese mismo 1963 (en donde se entrevistó con funcionario cubanos y con espías de la KGB).
No obstante haber dicho que iba a liberar la totalidad de los documentos confidenciales, el presidente Donald J. Trump cedió a las presiones de la CIA y liberó 2,891 y dejó 200 especialmente sensibles para su evaluación los próximos seis meses. Si no comprometen la seguridad nacional, serán, finalmente, publicados el 27 de abril de 2018.
Esos 200 documentos no dados a conocer a los investigadores sobre “el caso Kennedy” han dejado sin aliento a la legión de investigadores, que ya se hacían agua la boca por publicar libros corroborando sus teorías o construyendo nuevas hipótesis sobre el magnicidio que conmovió los cimientos de la nación americana. La ley de 1992, que protegía estos documentos, expiró ayer jueves 26 de octubre.
Pero la Agencia Central de Inteligencia, la CIA, presionó al presidente Trump para que no diera a conocer todo el paquete guardado bajo llave.
Podría poner en evidencia que sobre el ex marine y ferviente comunista Lee Harvey Oswald sabía mucho más de lo que dijo que sabía a la Comisión Warren. Lo mismo el FBI. También queda en el aire la actuación, dos días después del magnicidio, del jefe mafioso Jack Ruby, quien mató a Oswald a la vista de todos, en la cárcel de Dallas.
“He ordenado que se levante el veto sobre los documentos, pero dadas las advertencias de los responsables de inteligencia, no tengo más remedio que aceptar ciertas condiciones antes que causar un daño irreversible a la seguridad de la nación”, señaló ayer el presidente Donald Trump. Las teorías conspiratorias tienen seis meses más de supervivencia.
Muchas de estas teorías coquetean con el rechazo de las fuerzas secretas de Estados Unidos en torno al primero –y único—presidente católico de Estados Unidos, por su debilitamiento contra Cuba y la penetración marxista en América Latina. Otras teorías se centran en la conspiración de Fidel Castro o de la Unión Soviética para liquidar a Kennedy.
Quizá, cuando se liberen la totalidad de los documentos, no faltarán quienes argumenten que hay mucho más o desaparecido o guardado en secreto. Lo han hecho ya con los 318,000 documentos sobre el caso que se habían liberado antes de este jueves. Ya en julio pasado se había liberado 3,810 documentos.
En un comunicado la Casa Blanca informó que los archivos que restan por hacerse públicos se difundirán durante las próximas semanas, algunos en versiones redactadas por las agencias gubernamentales a las que pertenecen. Sin embargo, el gobierno estadounidense adelantó que sólo en “las más raras circunstancias” no se entregarán las versiones originales de los documentos, sino versiones públicas.
Pero nada ha satisfecho –ni satisfará– el deseo de conocer a fondo lo que sabía la inteligencia y el espionaje estadounidense en plena Guerra Fría y después de la crisis de los misiles y la invasión de Bahía de Cochinos que, según muchos analistas, estuvo a punto de desatar la Tercera Guerra Mundial, sobre las relaciones de Oswald con la Unión Soviética y con Cuba.
O las supuestas relaciones de los Kennedy con la mafia, o con la industria armamentística o con aquellos que querían, de verdad, la guerra.
Los documentos liberados ayer y el pasado 24 de julio pueden consultarse en la página de los Archivos Nacionales de Estados Unidos, concretamente en el sitio web https://www.archives.gov/research/jfk/2017-release