Repasamos brevemente algunos de sus papeles
Para el sector femenino es El Hombre, así, con mayúsculas, el nuevo ídolo de masas de los últimos años, alguien que gusta a cualquier generación. Para el sector masculino es alguien a quien venerar por su mezcla de simpatía, humildad y elegancia. Pero, por encima de todo, es alguien que ha heredado la energía interpretativa de tipos como Leonardo DiCaprio: un huracán que está perfecto tanto en la piel del villano como en la de héroe de una pieza. Con motivo del estreno de El muñeco de nieve, echamos un vistazo a sus papeles más notables:
- Hunger (2008).
La obra que marcó el punto de inflexión entre siete años de trabajos alimenticios en series y papeles de secundario (300, Ángel) y la llegada del éxito inmediato. Puede que ésta sea su interpretación más memorable, con un uso corporal en la actuación y una proximidad a los límites del dolor que nos fascinaron. Tras la cámara estaba el cineasta que le ha dado sus mejores personajes: Steve McQueen.
- Fish Tank (2009).
Andrea Arnold rodó este filme dos meses antes de iniciarse el rodaje de Malditos bastardos, aunque su película se estrenó más tarde. Fassbender se hace cargo de un personaje inmoral, perverso e incómodo. Una garantía de su apuesta por el riesgo.
- Malditos bastardos (2009).
Además del descubrimiento de Christoph Waltz, el largometraje de Tarantino supuso la carta de presentación mundial de Fassbender, pues en numerosos países aún no se habían estrenado Hunger ni Fish Tank. Él solito se come la escena del juego de cartas en la taberna. Un papel breve y perfecto.
- X-Men. Primera generación (2011).
Ser Magneto, emular a Ian McKellen de joven y dotar a su personaje de más emociones humanas fue un reto del que salió con nota. Ha repetido en tres películas más de la saga (una de ellas, en fase de rodaje).
- Un método peligroso (2011).
David Cronenberg le facilita aquí un cambio radical de imagen para convertirlo en Carl Jung. Trabajar con este cineasta demuestra que Fassbender alterna como nadie las superproducciones (Prometheus, El consejero, Assasin’s Creed, El muñeco de nieve) con el cine más personal e independiente (Jane Eyre, Frank, Slow West, Song to Song).
- Shame (2011).
McQueen volvió a servirle un bombón de personaje: un ejecutivo torturado por sus deseos y sus vicios, circunstancia que le empuja a sentir angustia y vergüenza. El plano secuencia en el que corre de noche por Nueva York es ya tan antológico como aquel de Hunger en el que conversa con un sacerdote.
- Prometheus (2012).
En Prometheus, Fassbender nos convence, gracias a su gestualidad y al uso del cuerpo, de que es un androide con trazas de humano de pelo amarillo. Pero es en Alien: Covenant donde demuestra que esa sonrisa franca y amistosa puede ocultar a alguien muy peligroso.
- Doce años de esclavitud (2013).
Otro personaje memorable e incómodo, y además odioso: el del esclavista Edwin Epps, por el que obtiene su primera nominación al Oscar; que se lo arrebatara Jared Leto es una de las grandes injusticias de los últimos tiempos.
- Steve Jobs (2015).
Su segunda nominación al Oscar. Michael Fassbender no se parece a Steve Jobs, pero nos entrega un trabajo interpretativo tan fascinante que creemos que es Steve Jobs.
- Macbeth (2015).
Ésta y la anterior película se estrenaron casi al mismo tiempo, y dieron fe de su versatilidad: si como Jobs era todo labia y contención, como Macbeth es un huracán de energía, una presencia firme y violenta que encaja perfectamente con el entorno de niebla y brutalidad del filme.