separateurCreated with Sketch.

Immaculée Ilibagiza: La fe que soportó el genocidio

IMMACULEE ILIBAGIZA
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Aleteia Image Department - publicado el 05/10/17
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Sobreviviente del genocidio ruandés, Immaculee Ilibagiza, habla en la Parroquia de Santa María en Manahawkin, Nueva Jersey sobre su difícil situación y la profunda experiencia de fe que la ayudó a encontrar la fuerza en el genocidio ruandes de 1994.

Ella y otras siete mujeres se escondieron en un baño de 3 x 4 durante 91 días volviéndose al rosario para ahogar la ira y el miedo. Con él soportaron los males que acechaban justo afuera de la puerta.

Casi un millón de sus familiares, amigos, vecinos y compañeros ruandeses fueron masacrados. Después del genocidio, Immaculée se encontró cara a cara con el hombre que mató a su madre y a uno de sus hermanos. Después de meses de sufrimiento físico, mental y espiritual, Immaculée fue capaz de ofrecer lo impensable, diciéndole al hombre: “Te perdono”.

Fotografía de Jeffrey Bruno para Aleteia

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.