El papa Francisco y una clara invitación tras el encuentro con las Pequeñas Hermanas de JesúsEn la audiencia a las participantes en el XI Capítulo General de las Pequeñas Hermanas de Jesús, el papa Francisco destacó que el amor de Dios “debe expresarse más en la evangelización con los gestos que con las palabras: la sonrisa, el silencio, la adoración, la paciencia”. Lo hizo en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico del Vaticano este lunes 2 de octubre de 2017.
Sucesivamente, recordó “ese diálogo entre el roble y el almendro: ‘Háblame de Dios’ y el almendro floreció”. Esto es lo que la Iglesia les pide a ustedes: florecer, florecer en gestos de amor a Dios”.
Así invitó a las religiosas a mantener viva la vida espiritual porque es de “este amor, recibido por Dios de manera incesante y siempre nuevo, que rebosa vuestro amor por los hermanos y por las hermanas”.
“Los jóvenes tienen sed de esta vida espiritual”, dijo en referencia a las vocaciones que se alimentan del “testimonio evangélico” y que “los pobres esperan”.
Igualmente, destacó que las religiosas que siguen el corazón del Niño Jesús en su inocencia son “mujeres libres, aferradas a lo esencial”.
“No tengan miedo de seguir adelante, llevando en vuestros corazones al pequeño Niño Jesús, a todos los lugares donde estén los pequeños de nuestro mundo”.
“Sigan siendo libres del lazo de obras y cosas, libres de amar aquellos que encuentran, en cualquier lugar donde el Espíritu les lleve”.
Francisco las invitó para seguir fieles a la sencillez del corazón del Niño Jesús: “El Niño Jesús en Nazareth era alegre. Él seguramente jugaba, reía con María y José, con los niños de su edad y con los vecinos de casa”.
“Para encontrar el gusto de la vida comunitaria, se necesita buscar siempre la sencillez, el afecto, las pequeñas atenciones, el servicio, el estupor”.
Destacó la fidelidad de las hermanas a la autoridad de la Iglesia, así como también al llamado del Evangelio a estar en medio de los hombres (Lc 2, 52).
“La fraternidad vivida entre ustedes abre sus corazones a la fraternidad hacia todos. Su fundadora, les invitó a hacerse “árabes entre los árabes, nómadas entre los nómadas, trabajadores entre los trabajadores y, sobre todo, humanos entre los seres humanos“.
“Feriantes con la población de los Luna Park, como aquí en Roma. Y así el Instituto se ha extendido a muchos países y ustedes han conocido a tantos de estos pequeños, de todas las razas, idiomas y religiones”, agregó.
Francisco las llama a seguir siendo mujeres de Dios con corazones sin barreras. “Por supuesto, no se puede cambiar el mundo solo, pero se le puede iluminar para que que el gozo del Evangelio entre en los barrios, las calles, se mezcle con la multitud, siempre cerca de los niños”.
Aseguró que su llamada en el Capítulo General es a acoger no solo el “espíritu santo” para enfrentar los desafíos del futuro, sino también una “experiencia espiritual común” de ir a la fuente de la vocación “personal y comunitaria”, más allá de ser un momento de “reflexión sobre cuestiones prácticas”.
Y “en la fuente de su instituto está la abrumadora experiencia de la ternura de Dios ejercida por su fundadora, la pequeña hermana Magdalena de Jesús”, constató.
La religiosa que siguió las huellas de Dios también manifiestas en el Beato Charles de Foucauld.
Las Hermanitas de Jesús actualmente suman alrededor de 1.193 miembros, distribuidas en pequeñas comunidades inmersas en el mundo, especialmente comprometidas en lugares hostiles, se calcula que un cuarto de ellas trabajan en países donde la población islámica es mayoría.
Francisco recordó que la fundación de la comunidad hace más de ochenta años, lleva los signos del Evangelio vivo en Jesús. Ellas, sostuvo, “están allí en situaciones humanamente difíciles, con los más pequeños y los más pobres”.
“No están allí principalmente para sanar, educar, enseñar el catecismo – aunque si estas cosas son buenas – sino para amar, para estar con los niños, como lo hizo Jesús, para anunciar el Evangelio con la vida sencilla hecha de trabajo, de presencia, de amistad, de bienvenida incondicional”, añadió.
Por último, pidió la intercesión maternal de la Virgen María para ayudar a las hermanas, así como la oración de la Iglesia para el capítulo general que están celebrando en Roma.