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¿Qué tienen en común las abejas, el café y Latinoamérica?

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Pablo Cesio - publicado el 28/09/17
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Un estudio deja de manifiesto un particular vínculo que te hará saborear tu próxima taza de café La abeja, una pequeña creatura muy nombrada en la Biblia, es un verdadero símbolo de laboriosidad y trabajo incansable. El café, hace algunos siglos considerado como la “bebida del diablo” hasta que el papa Clemente VIII lo “bautizó” en el siglo XVI, es una de las bebidas más populares del mundo.  Por último, América Latina, a pesar de sus vaivenes, el “continente de la esperanza” tal cual ha sido definido en muchas ocasiones por pontífices como Pablo VI y Juan Pablo II, además de ser el lugar de origen del papa Francisco.

 

 

Ahora bien, puede haber algún punto de contacto entre ellos: la respuesta sí y está en el “cambio climático”.  Es que un reciente estudio, que reproduce la agencia EFE, indica que “las abejas mediante la polinización pueden reducir el impacto del cambio climático en la producción de café en América Latina”.

El Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en conjunto  con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) publicaron el informe “Acoplamiento de los servicios de polinización y adecuación del café bajo el cambio climático”, en el cual aparece precisamente la relación entre las abejas, el café y el cambio climático en Latinoamérica.

“El cambio climático va afectar la distribución tanto del café como de las abejas y por ende el servicio de polinización. Las áreas de producción de café se van a reducir, mientras que las abejas van a poder mantener la productividad del grano”, señala la experta de la Unidad de Modelado Ecosistémico e Hidrológico del CATIE, Emily Fung, a la agencia EFE.

Es por ello que la especialista sostiene que “las abejas ayudan a aumentar entre un 20% y un 25% la producción de café y mejoran la calidad del grano”, por lo que se hace prioritario la protección de esta especie.

En esto también juegan un rol importante los productores, quienes tienen la tarea de generar estrategias de adaptación para mejorar la producción de café y polinización de las abejas, que es la actividad más importante que realizan estas criaturas.

“En la medida de lo posible el café debe estar cerca de franjas de bosque que permitan mejorar su productividad. Además, mantener paisajes agrícolas heterogéneos, aumentar la diversidad de plantas en los márgenes de las fincas y cercas vivas permitirá que más abejas se acerquen”, dijo Fung.

 

HIVE

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El aumento de la temperatura y los cambios vinculados a las lluvias representa una amenaza latente para los lugares donde se cultiva café en América Latina, aspecto que también golpea a las propias abejas.

“Se va a reducir la idoneidad de las tierras en donde se cultiva café en América Latina y a pesar de que se van a reducir las especies de abejas, van a haber sitios idóneos, que serán más bien en zonas más montañosas donde podrían ir las abejas y en donde también se podría cultivar café”, agregó la especialista.

En América Latina son varios los países que cuentan con grandes producciones de café como Brasil, Colombia, México, Guatemala, Costa Rica, entre otros, además de muchos productores que encuentran en este grano el sustento diario para sus familias.  Pero es en las áreas montañosas donde el estudio prevé aumentos en la aptitud del café.

De esta manera, gracias a esta investigación, el vínculo queda de manifiesto. A partir de este momento, si tienes la oportunidad de beber una rica taza de café, además de acordarte de Clemente VIII, ten presente también a las abejas, esas pequeñas e incansables trabajadoras que se ponen al servicio de la “casa común”, como indica Francisco en la encíclica “Laudato Si”, el primer Papa latinoamericano (y también amante del café).

 

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