Ayuda internacional a través de Caritas MéxicoEl reporte actual del sismo de 7.1 grados Richter que sacudió el centro de México el martes pasado a la 1:14 tiempo del centro del país, es de 233 personas fallecidas, un número todavía no cuantificado de heridos y desaparecidos.
Las escenas de solidaridad han cundido por todo el territorio nacional. Desde las grandes compañías de telefonía celular, que han abierto el uso de sus redes gratuitamente hasta hospitales privados y públicos que atienden a todo el que lo necesite sin cobrar un peso. Desde la red mexicana de bancos de alimentos (BAMX) hasta el sindicato de los patrones (Coparmex), todos han abierto centros de acopio y de todas partes fluye la ayuda.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció ayer la puesta en marcha de un plan inmediato para enfrentar la contingencia que vive el país. El plan, detalló el primer mandatario, quien ha estado presente en buena cantidad de edificios que colapsaron en la Ciudad de México (al menos 44), en los hospitales donde se atiende a los heridos y coordinando las acciones del ejército, la marina y protección civil, se dará en tres etapas. La primera es atender a los damnificados (que incluye seguir los trabajos para encontrar con vida a gente atrapada entre los escombros); la segunda es hacer un censo exhaustivo de daños y la tercera es iniciar la reconstrucción.
Tras declarar otros tres días de luto nacional (ya lo había hecho previamente por el temblor de 8.2 grados Richter del 7 de septiembre y que arrasó poblaciones enteras de Oaxaca y Chiapas), Peña Nieto informó que hasta ayer por la noche se habían logrado rescatar a 50 personas con vida; el fluido eléctrico ha vuelto a 95 por ciento de los hogares de 5 millones de personas que lo habían perdido y que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México realiza ya sus operaciones con normalidad.
Una gran confusión, “Frida” no existe
La atención sobre el rescate de personas atrapadas se centraron durante muchas horas en la escuela privada Enrique Rébsamen, un jardín de infancia, escuela primaria y secundaria al sur de la Ciudad de México. La escuela de tres pisos se vino abajo en una parte de su estructura matando a 25 personas (19 niños y 6 adultos).
Fue ahí donde el nombre de una pequeña, que ha sido llamada “Frida”, ha resonado mundialmente. Sin embargo, a lo largo de esta búsqueda se dio una enorme confusión. Luego de muchas horas de conjeturas y hasta de personas que decían escucharla, este jueves se dio a conocer que la niña no existe, al igual que el resto de los niños que estaban siendo buscadas en ese lugar.
Esto fue confirmado por el subsecretario de Marina, Ángel Enrique Sarmiento, quien señaló a los medios que en el lugar aún había un rastro de vida, pero que nada tiene que ver con los alumnos de la escuela.
Al comienzo se dio cuenta de que esta pequeña, cuya verdadera identidad no era conocida, estaba atrapada, había pedido agua y decía que había 5 niños con vida atrapados también. También trascendió a través de diversos medios de prensa locales que no podía moverse porque tenía problemas en un brazo y una pierna. Mientras tanto, también llamaba la atención que ninguno de los familiares aparecían. Todo eso hizo que con el transcurso de las horas el caso también se derrumbara.
Igualmente, el trabajo en busca de vida en otros lugares del país, seguía siendo muy fuerte, por ende, focos de esperanza. Y se reza en todo el país.
Iglesia en oración y en acción
Con estos sentimientos, mediante un comunicado, los obispos de México hicieron el día de ayer “un profundo llamado a la esperanza y a la caridad” y aseguraron su cercanía “a los hermanos que sufren estos desastres naturales, no sin dejar de reconocer la belleza de la solidaridad y los lazos profundos de humanidad que hemos constatado en estas últimas horas, por parte de muchos hombres y mujeres de buena voluntad”.
Los prelados mexicanos, encabezados por el cardenal arzobispo de Guadalajara y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, José Francisco Robles, expresaron en su comunicado: “No hay duda que, cuando sacamos de un mal, la oportunidad para hacer un bien, el corazón se nos renueva y agranda”.
La Iglesia católica sigue en oración y se ha puesto en acción para movilizar ayuda a los damnificados de los sismos del 7 y del 19 de septiembre, así como por las inundaciones provocadas por huracanes, y que han afectado fuertemente gran parte del país, principalmente los estados de Morelos, Tlaxcala, Puebla, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Baja California Sur, Estado de México y la Ciudad de México.
“A más de 30 horas del último sismo, la prioridad sigue siendo el rescate de las personas atrapadas debajo de los escombros. No cabe duda, que es bello constatar el aprecio por la vida humana, sobre todo cuando se valora y respeta siempre y en todas sus etapas”, dijeron los obispos en su comunicado de ayer.
La Iglesia mexicana está trabajando de dos formas: “en las diócesis afectadas, los obispos, sacerdotes y laicos, se organizan para atender de muy diferentes maneras la emergencia, disponiendo parroquias y seminarios, como refugios y centros de acopio, así como movilizando otros recursos diocesanos para la atención prioritaria e integral de las personas, y posteriormente la rehabilitación de los recintos eclesiales”.
Las diócesis restantes – dicen los prelados mexicanos—“se han solidarizado, emitiendo comunicados diocesanos, impulsando a sus fieles a apoyar en múltiples formas, con la oración, haciendo colectas especiales en las parroquias, y canalizando todo a través de Cáritas Nacional (Mexicana), quien está orientando de manera coordinada la distribución de ayuda proveniente de las diócesis –económica y en especie– a los damnificados en los lugares devastados”.
Finalmente, apunta el comunicado de los obispos de México, “los sacerdotes y las religiosas, junto con sus comunidades, están acompañando espiritualmente y atendiendo psicológicamente a los necesitados, así como proporcionando apoyo material donde se ha percibido mayor gravedad”. La ayuda nacional e internacional la está realizando Cáritas Nacional y prácticamente en todas las diócesis se estará haciendo una colecta extraordinaria los días sábado 23 y domingo 24 de septiembre.
“Con sentimientos de consuelo y esperanza, exhortamos a todos nuestros fieles y personas de buena voluntad, para sumarse a hacer oración, que es el principio de la caridad, y a ser solidarios con nuestros hermanos afectados, por medio de la ayuda voluntaria y en especie, o a través de la cuenta de Cáritas Nacional e Internacional. Es el momento de ayudar”, terminan diciendo los obispos.
Cuenta de Cáritas Mexicana para transferencia Nacional e Internacional:
Si deseas apoyar a nuestros hermanos damnificados, compartimos con ustedes la siguiente información pic.twitter.com/OZogWn0hPh
— Cáritas Mexicana IAP (@caritasmexicana) September 20, 2017