Padres, escolares y profesores se plantean qué opción es la más recomendable
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Todos los años, al comenzar el curso académico, se levanta una polémica entre padres, colegios y alumnos en los niveles obligatorios (hasta los 14 o 16 años) sobre vestir o no uniforme. ¿Mejor vestir uniforme o libertad en el vestir?
En la sociedad, el uniforme es cada vez más utilizado. Muchos profesionales y empleados llevan uniforme en el desempeño de sus trabajos, como los responsables de las fuerzas armadas y del orden público (policías, guardias municipales, etc.), los cocineros profesionales, los que trabajan en hoteles y restaurantes, las tripulaciones de los aviones, empleados en numerosísimos comercios y negocios y un largo etcétera.
¿Y en la escuela? Hay padres que creen que el uniforme es “clasista”, porque indica distinción; otros consideran que va contra el desarrollo de la personalidad propia de los alumnos en edades tiernas y creen que cada alumno debe desarrollar su propia personalidad. Además, en una sociedad donde cada vez destaca más el individuo, el uniforme busca precisamente lo contrario: no destacar.
Por el contrario, muchos padres creen que el uniforme les resuelve muchos problemas:
Primero.- No hay que pensar en qué se pone el niño/a cada día para ir al colegio.
Segundo.- Los uniformes se pueden lavar un día a la semana, los sábados, y el lunes están listos de nuevo.
Tercero.- Si van todos vestidos igual, entre los alumnos/as no hay rivalidades en relación a la clase social a la que pertenecen sus padres.
Cuarto.- Los padres se ahorran comprar marcas o modelitos de prendas que implican una separación social entre los alumnos, y al mismo tiempo se eliminan rencillas y envidias especialmente entre las niñas. Las amistades se buscan entre los que más congenian y no entre los que más o menos tienen.
Quinto.- Ahorra dinero a las familias porque no hay que comprar prendas nuevas durante el curso para ir a la escuela. Por otro lado, donde hay varios hermanos los uniformes se heredan de unos a otros.
Sexto.- Mejora la calidad del colegio, porque quienes llevan un determinado uniforme, de cara al público implica una determinada identidad del colegio, y esto obliga a los colegios a tener un prestigio y mejorar la calidad de la educación.
Séptimo.- El uniforme dura prácticamente todo el curso. Por eso los uniformes se compran una talla más al inicio del curso, y no desentona cuando después de pasar por numerosas lavadoras el color se ha desteñido un poco.
Muchos dirán que los uniformes los utilizan solo los colegios privados y concertados, pero no los colegios públicos. Esto ocurre en los países latinos, pero no en otros, como en Gran Bretaña, Irlanda, Estados Unidos, Dinamarca, etc.
De todas formas, hoy muchos colegios públicos ya utilizan el llamado “dress code” (código de vestimenta), o sea unas reglas concretas sobre lo que hay que llevar en el colegio, y sobre todo lo que no han de llevar. Muchos colegios dicen que ellos no tienen que educar en el vestir, pues este campo educativo pertenece a las familias.
Sobre el uniforme tenemos un ejemplo claro hoy. Se trata de Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook: siempre lleva la misma ropa: una sudadera gris y un pantalón tejano. Al ser preguntado por qué viste siempre igual, responde que desde primera hora de la mañana no quiere “gastar creatividad” pensando en qué ropa se va a poner. Claro que la ropa siempre está limpia y usa un pantalón y una sudadera cada día.
Entonces, ¿uniformes sí, o uniformes no, para los niños en los niveles obligatorios? Es una decisión que han de tomar los padres y el colegio teniendo en cuenta los pros y los contras.