Un documental recupera la vida y el martirio del misionero capuchino Alejandro LabakaCarlos Andrés Vera es un cineasta ecuatoriano que ha dirigido el mediometraje producido por la Red Eclesial Panamazónica (Repam), con la colaboración de la Asociación Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (SIGNIS ALC), dedicado a la vida y a la muerte del misionero español Alejandro Labaka,
El mediometraje, intitulado “Labaka”, fue presentado por Vera en el reciente Festival Encuentros del Otro Cine. En él, narra el compromiso del misionero capuchino español Alejandro Labaka –anterior obispo del vicariato apostólico de Aguarico (Ecuador)- quien murió asesinado en 1987 por indígenas tagaeri, tras intentar entablar contacto con esta tribu amenazada por la explotación petrolera.
El misionero Labaka, a quienes muchos consideran como “Mártir de la Amazonía”, sedujo desde el principio al cineasta, quien dijo en una entrevista para SIGNIS: “Mi idea era hacer una película sobre su historia, más que un documental. Es fantástica, como para contar una película”.
Al principio, la idea Vera era desarrollar algo corto, de entre cinco y diez minutos, destinado a las plataformas digitales y redes sociales. Sin embargo, mientras realizaba las primeras investigaciones para delinear la propuesta, se dio cuenta de que una historia como la de Labaka no podía contarse en tan poco tiempo.
“Fue un error aceptarlo en esos términos. Estaba irrespetando al personaje y a la historia”, recuerda.
Entonces el realizador propuso a las dos organizaciones gestoras del proyecto desarrollar más bien un mediometraje, es decir, algo que oscilara entre 20 y 30 minutos. Ambas no solo que aceptaron la propuesta, sino que decidieron que el resto de documentales que conforman la serie audiovisual “La Vida por la Amazonía”, dedicada a contar la historia de religiosos y laicos que murieron defendiendo este territorio, y que precisamente arrancó con “Labaka”, tuvieran una duración similar.
La recopilación de material de archivo –conformado principalmente por fotografías y filmaciones que reseñan la vida del misionero español en las distintas etapas de su vida y de las tribus amazónicas- no fue difícil, pues además de que el vicariato de Aguarico cuenta con un archivo bastante completo, el documentalista ya disponía de gran cantidad de imágenes, producto de sus trabajos anteriores.
La voz de los no contactados
Vera dijo a SIGNIS: “No se trata de la religión, se trata de algo mucho más universal, de empatía. De dos visiones distintas del mundo que confluyen y se nutren, sin imponerse la una a la otra. Más que sobre un obispo, *Labaka* es la historia de un hombre que, hasta el día de su muerte, evolucionó”.
Tras enumerar los objetivos técnicos y los escenarios recorridos en la selva amazónica ecuatoriana, así como los testimonios recogidos *in situ* en la casa donde habitó el obispo en Aguarico, Vera –recuperando la vida de los misioneros a mediados del siglo pasado—exclama: “Llegar en esa época a la selva ecuatoriana literalmente era llegar a los confines del mundo. Eran viajes de dos, tres meses por el río, cazando la comida, viviendo en una balsa. Eso habla mucho del sacrificio que realizaban estas personas. No solo eran misioneros, eran aventureros”.
Vera considera que el objetivo de que el público obtuviera una noción clara del legado y virtudes de Alejandro Labaka, pero de que también sintiera emoción: “Los espectadores –precisa el cineasta ecuatoriano– sienten que les vas llevando y se dejan llevar, lo que significa que se les está narrando bien”.
Al sacrificio de Alejandro Labaka, muchos lo consideran un martirio, otros, simplemente el intento de un hombre de hacer el bien y proteger a los pueblos indígenas, pero lo que sí queda claro para Vera es el enorme legado que dejó, que no solo se traduce “en su capacidad de llevar la empatía al máximo”, sino, también en cómo a raíz de su muerte, se visibilizó ante el mundo la fragilidad de los pueblos amazónicos, sobre todo de los no contactados, frente a la incursión petrolera.
“Labaka y los demás misioneros eran solo vistos como unos curas excéntricos que trataban de contactar a los pueblos ocultos. Ahora es un tema sobre el que el país habla en la agenda nacional, y en parte es por él. Antes esto no se hacía”, termina diciendo Vera.