Las mejores (o casi) películas basadas en su obra
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Los estrenos de It y La Torre Oscura (ambas de Stephen King) nos sirven de excusa para refrescar la memoria de los lectores con un ranking cronológico de las más notables películas basadas en su bibliografía. Dejamos al margen las series, los telefilmes y los ciento y pico cortometrajes inspirados por sus libros.
- Carrie (Brian De Palma, 1976). De Palma fue el primero, el cineasta que se adelantó a todos al cazar la primera novela que publicó Stephen King. Gracias a él, Carrie siempre estará vinculada con una Sissy Spacek teñida de sangre.
- El resplandor (Stanley Kubrick, 1980). Incomprendida en su día, denostada por el propio King por los numerosos cambios del papel a la pantalla, hoy es por fin considerada una obra maestra y quizá el filme más terrorífico de la historia. Los documentales posteriores y los ensayos al respecto dan fe: Kubrick la rodó al milímetro, con escuadra y cartabón, sin obviar ni un detalle.
- Cujo (Lewis Teague, 1983). Quizá sea un título menor, pero contiene algunos elementos clásicos del autor: la angustia y la tensión originadas por ese mal que ha atrapado a unos personajes a los que mantiene en jaque. Nunca un perro nos dio tanto miedo. Desde entonces miramos a los San Bernardo de reojo.
- La zona muerta (David Cronenberg, 1983). Incluso admitiendo las variantes de la adaptación, lo cierto es que, revisado hoy, The Dead Zone es un filme sólido e inquietante, donde lo paranormal y lo político se entrecruzan.
- Christine (John Carpenter, 1983). Uno de los títulos más cool de Carpenter: estudiantes, rock and roll, coches resplandecientes y un clima de suspense totalmente carpenteriano.
- Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1986). Basado en la novela corta El cuerpo, es un filme estupendo, ideal para chavales, adolescentes y nostálgicos. Una película bonita, estremecedora, que simboliza perfectamente la infancia y la amistad.
- Cementerio viviente (Mary Lambert, 1989). Sin llegar al tono espeluznante de la novela, Mary Lambert rodó una adaptación entre la serie B y la atmósfera televisiva, con algunos tabúes que hoy serían difíciles de romper.
- Misery (Rob Reiner, 1990). Muchos no le perdonaremos a Reiner que cambiara el hacha por el mazo (Kubrick lo hizo al revés)… pero a cambio nos dio a una Kathy Bates en el papel de su vida.
- Cadena perpetua (Frank Darabont, 1994). Partiendo de un relato corto, el director consiguió un filme que, desde entonces, siempre aparece en los rankings del público, y que le debe casi más a Fuga de alcatraz o a Papillón que al propio King.
- Maleficio (Tom Holland, 1996). Tom Holland, que en los 80 ofreció un par de películas tan sugerentes en el género de terror cómico como Noche de miedo y Muñeco diabólico, dirigió esta singular adaptación de una novela que King firmó como Richard Bachman. Poco conocida, funciona como divertimento menor con pinceladas grotescas.
- La milla verde (Frank Darabont, 1999). El mismo tono utilizado por Darabont en Cadena perpetua volvió a funcionarle aquí: atmósfera de Oscar, personajes más grandes que la vida y un aire entre trágico y humorístico que nos reconforta.
- La ventana secreta (David Koep, 2004). No es de las grandes, pero se deja ver. Posee la exploración sobre la locura y la dualidad que ya aparecía en La mitad oscura, reforzado por un sentido del humor que la beneficia.
- La niebla (Frank Darabont, 2007). Darabont volvió a dar en el clavo, demostrando que posiblemente es el número 1 adaptando a King. Claustrofobia, paranoia y gente que demuestra su humanidad o su perversidad en una situación desesperada.