Tienen previsto ampliar su presencia en otros países del continente americano
Los Caballeros Católicos, una organización que lleva por bandera la práctica de la caridad, el amor a la patria, la defensa de la Iglesia y la protección de la familia, surgió en la ciudad de Sagua La Grande, Provincia de Las Villas, en Cuba un 24 de febrero de 1926. Una circunstancia muy particular fue en incentivo para organizar a los católicos.
Una fecha patriótica coincidió con una celebración religiosa y las campanas de la Iglesia local repicaron para llamar a misa. Los masones pensaron que los católicos se regocijaban con el recuerdo de la muerte de uno de los próceres de la Independencia cubana y arremetieron contra el templo. Los católicos vieron en el incidente un llamado a superar la dispersión e involucrarse en la defensa y protección de su fe. Así nació un grupo que comenzó con poco mas de 70 hombres y, al llegar la revolución comunista de Fidel Castro, contaban 176 uniones en toda la isla.
El fundador y animador de esta gran obra que catapulto la participación del laicado cubano, precursores de la Acción Católica, fue un notable apóstol seglar, Valentín Arenas y Armiñán, natural de Sagua La Grande, educado en por los jesuitas y posteriormente egresado en Derecho Civil y Canónico en la Universidad de Deusto en Bilbao (España). Al terminar sus estudios emprendió un recorrido por Europa y le llamó la atención las organizaciones de hombres católicos trabajando por la Iglesia. Concibió la idea de hacer algo semejante en su Cuba natal y regresó muy animado después de recibir la bendición de Benedicto XV.
En Cuba, el movimiento prosperaba a un ritmo impresionante. Celebraron la primera de muchas Semanas Sociales, promovían importantes obras de solidaridad y profundizaron en la formación de sus miembros en la Doctrina Social de la Iglesia. Su influencia en la sociedad cubana fue gradualmente incrementándose y llegaron a constituirse en anfitriones de muchas actividades católicas del continente. Gran guía espiritual desde el instante fundacional fue el virtuoso y sabio sacerdote R. P. Esteban Rivas, sj.
Esto no podía agradar a un régimen comunista. La Iglesia comenzó a convertirse en piedra dentro del zapato del régimen y pronto comenzaron los problemas. Fidel Castro fue cerrando uniones en cada ciudad y provincia de Cuba. Los Caballeros Católicos fueron dejando su patria, como tantos cubanos aventados al exilio por un régimen de oprobio que no dudo en fusilar y encarcelar desde el momento mismo en que se instaló.
Pero en Miami, asiento de la mayor parte de los expatriados cubanos, Valentín Arenas, el exbanquero incansable volvió sobre sus objetivos evangelizadores, reunió de nuevo a los católicos y refundaron la asociación, siempre con el respaldo de los jesuitas. Hoy, cientos de Caballeros Católicos expanden sus tareas a lo largo y ancho del Condado de Dade y sus planes son ampliar su presencia en otros países del continente americano. Ya han logrado recomenzar en Cuba e instalar escuelas y asistencia en salud para los niños de Nicaragua.
Aquella aventura espiritual que comenzó en la Cuba de hace mas de 90 años, prueba que el esfuerzo y la oración dan sus frutos. Hoy, un nieto del fundador, el padre Francisco Hernández Arenas, párroco de St Raymond en Coral Gables (Miami) es el capellán de Los Caballeros Católicos.