Valerio Catoia, de 17 años, se ha convertido en héroe nacional y ejemplo de superación
A Valerio su familia le ha animado desde los 3 años a nadar para desarrollar la musculatura y valerse por sí mismo en el caso de que un día cayera al agua. El niño, que hoy es un adolescente con 17 años, emprendió una carrera como atleta y nadador que le ha llevado a ser paralímpico para orgullo de sus padres y amigos. Lo que no se imaginaba era que la natación de alto nivel también le iba a servir un día para salvar la vida de otras personas y, como consecuencia de ello, convertirse de la noche a la mañana en héroe de toda Italia.
Valerio Catoia, un chaval de 17 años con síndrome de Down, acudió a la playa de Sabaudia, en la región italiana del Lazio, junto con su padre y una hermana más pequeña. Al rato de disfrutar de las olas y la arena en plan distendido, se oyeron los gritos de auxilio de dos hermanas de 10 y 14 años.
La resaca estaba arrastrando a las jóvenes y les resultaba imposible alcanzar tierra firme. Valerio, junto con su padre, no dudó ni un segundo en adentrarse en el mar para acudir en su ayuda. Así entre los dos pudieron rescatarlas y ponerlas a salvo de una muerte segura.
Según ha publicado esta semana el diario ABC, el hecho ha conmovido a Italia y ha servido para dar a conocer el esfuerzo heroico de este muchacho que, además, resulta ser un claro ejemplo de superación de la discapacidad. El síndrome de Down no ha impedido que Valerio sea hoy un atleta y nadador con la musculatura trabajada por el entreno que diariamente realiza para competir al más alto nivel. El ministro de Deportes italiano lo felicitó y el exjefe del Gobierno Matteo Renzi al conocer la noticia no dudó en elogiar la valentía del muchacho y manifestar que Italia debe sentirse orgullosa de tener ciudadanos como él.
Valerio pudo ayudar a la hermana pequeña gracias a las instrucciones de un manual que había aprendido en un curso de socorrismo. Supo cómo sujetarla en el mar y llevarla con la cabeza fuera del agua hasta la orilla. Otro tanto hizo su padre y, aunque habían estado a punto de morir ahogadas, resultó chocante que la madre de las niñas se las llevó del lugar sin tener ni un detalle de agradecimiento con Valerio ni con su padre. Serían los nervios del momento.
Por su parte, los socorristas de la playa acudieron al lugar del suceso aunque para entonces Valerio y su padre ya habían cumplido su misión. Valerio volverá ahora a la rutina de los entrenamientos, a sus vacaciones escolares ya que va al instituto, y a los planes con su grupo de scouts. Trata de que su vida siga siendo la misma, pero Italia lleva unos días hablando de su labor heroica. Él no ha cambiado, dice, pero sí los de su alrededor.
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