El Papa todavía intenta mediar la paz en Venezuela; hasta ahora no ha habido suerte
Desde el comienzo de su pontificado, el papa Francisco ha estado especialmente involucrado en asuntos internos de su continente natal. Por ejemplo, su influencia tuvo un papel decisivo en el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en 2014. En Colombia, se volcó en favorecer el acuerdo entre el Gobierno y las FARC. Hasta ahora, no ha logrado repetir ese tipo de éxito en Venezuela.
A lo largo de 2016-2017, el papa Francisco —y con él, la administración vaticana— ha intentado trabajar en favor de Venezuela, frente al agravamiento de la crisis económica y política. El papa Francisco conoce bien el país, al igual que su secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin. Parolin fue el nuncio apostólico en Venezuela entre 2009 y 2013, de modo que fue testigo de los últimos años de Hugo Chávez en el poder y de la elección de su sucesor, Nicolás Maduro.
En agosto de 2016, el cardenal Parolin declaró que la Santa Sede estaba dispuesta a “contribuir a la resolución de la crisis que afecta a Venezuela”, con la condición de que su intervención se produjera a petición de las partes implicadas —a saber, el partido gobernante y la oposición— y que tomen “una decisión firme de iniciar formalmente el diálogo”.
Un primer encuentro “muy positivo”
El Santo Padre se involucró personalmente y recibió al presidente Maduro en una audiencia privada el 23 de octubre. Una semana más tarde, se produjo en Caracas una primera reunión para dialogar entre el partido gobernante y la oposición, en presencia de un mediador de la Santa Sede, el arzobispo Claudio Maria Celli. Celli calificó el encuentro de “muy positivo”, al tiempo que incidió sobre la necesidad de mantener esta vía de diálogo.
Sin embargo, en diciembre, un líder político acusó al secretario de Estado de la Santa Sede de ponerse del lado de la oposición. Había prevista una reunión en enero que luego fue cancelada: el diálogo no se retomaría. El cardenal Jorge Liberato Urosa Savino, arzobispo de Caracas, declaró entonces que el Gobierno venezolano se había “burlado del Vaticano y de la Iglesia” al manifestar que quería continuar con el diálogo al mismo tiempo que tomaba medidas para lo contrario. Al principio, pareció que la Santa Sede había aceptado el fracaso.
En Venezuela, la situación se estaba degenerando y casi todos los días morían manifestantes en enfrentamientos con la policía. Los obispos del país denunciaban casi diariamente las acciones del régimen gobernante. Luego fueron objeto de diatribas por parte de autoridades del Gobierno, y algunos servicios religiosos fueron interrumpidos. Entonces, la Santa Sede volvió a entrar en acción, primero que nada para afirmar su ayuda después de estos disturbios.
“El Gobierno se ha vuelto dictatorial”
El 5 de mayo, el papa Francisco en persona escribió a los obispos instándoles a “hacer todo lo posible” para poner fin a la crisis. El 8 de junio recibió en una audiencia a los líderes de la Conferencia Episcopal de Venezuela. Los prelados transmitieron al papa que “el Gobierno se ha vuelto dictatorial”. (De hecho, el domingo, el arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa Savino, quedó atrapado con los fieles dentro de una iglesia donde celebraba misa el día de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Manifestantes pro-maduro contuvieron a los fieles y al cardenal dentro de la iglesia durante varias horas.
Por su parte, el Gobierno continúa con sus acusaciones contra los obispos y afirma que es de hecho el partido apoyado por la Santa Sede.
Por el momento, los esfuerzos de la Santa Sede no han logrado reiniciar el diálogo entre las partes en conflicto. No obstante, el Vaticano continúa con sus reuniones, como cuando el cardenal Parolin recibió a 10 antiguos jefes de Estado suramericanos el pasado 23 de junio. Además, el papa hace llamamientos regularmente a la oración por Venezuela, como el pasado domingo después de rezar el Ángelus de mediodía.