Se trata de un trastorno funcional que afecta a un gran número de personas, especialmente a mujeres jóvenesEn los últimos años ha aumentado el número de pacientes que llegan a la consulta nutricional para realizar alguna dieta para tratar el colon irritable. El tipo de alimentación que deben llevar estas personas es muy especial y estricta, pero a veces no alivia los síntomas totalmente, por lo que resulta interesante conocer otra dieta alternativa que puede ser más efectiva para tratarlo.
El Síndrome de Intestino Irritable o Colon Irritable (CI o SII) es un trastorno funcional que afecta a un gran número de personas, especialmente a mujeres jóvenes. Las personas presentan diversos síntomas gastrointestinales crónicos que se caracterizan por dolor, distensión abdominal, meteorismo, diarrea o estreñimiento, asociado a cambios de hábitos.
FODMAP, es una sigla en inglés que en español significa Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y Polioles Fermentables. Todos estos son carbohidratos, nutrientes que están presentes en diversos alimentos como el trigo, algunas frutas, verduras y productos lácteos.
Es una dieta desarrollada por un equipo australiano de la Universidad de Monash que publicó un estudio en 2008 en el cual demostraba que los carbohidratos fermentables (FODMAP) en la dieta causaban los síntomas en pacientes con SII.
Este es un tratamiento nutricional que podría aplicarse para evitar las conocidas molestias producidas en personas que presentan el (SII) o Colon Irritable (CI), pero puede suceder que no les ayude a todas por igual.
Por esta razón, en el Congreso Europeo de gastroenterología 2016 (UEK 2016 week -sigla en inglés-) se dio a conocer que a través de perfiles bacterianos fecales realizados antes de comenzar la dieta se puede predecir si un paciente se beneficiará siguiendo una dieta baja en FODMAP o no.
La dieta consta de 3 etapas:
Etapa 1. Eliminación de la dieta de alimentos que contienen FODMAP. Bajo la supervisión de un nutricionista se eliminan por completo de la dieta aquellos alimentos que contienen FODMAP durante como máximo 8 semanas.
Etapa 2. Reintroducción de alimentos que contienen FODMAP. Se debe realizar una revisión dietética exhaustiva de los síntomas y de los diarios de alimentación, para que luego sirvan como guía para su reintroducción paulatinamente (de a uno por vez). En base a los síntomas, se establecerá el orden y en que cantidad reintroducirlos.
Etapa 3. Control de síntomas a largo plazo. El paciente puede controlar sus síntomas consumiendo alimentos que contienen FODMAP conforme a su límite de tolerancia.
¿Por qué restringir estos carbohidratos (FODMAP) y no otros nutrientes?
Porque presentan ciertas características específicas como:
- Estos alimentos son poco absorbidos por el intestino delgado.
- Sus moléculas absorben mucha agua en el intestino, lo que modifica el tránsito intestinal produciendo una materia más blanda y acuosa.
- Al ser ligeramente fermentables en el intestino por bacterias propias del mismo, provocan flatulencias.
¿Cuáles son los alimentos FODMAP?
Alimentos que se pueden consumir (LOW FODMAP):
Lácteos: Leche deslactosada, yogur deslactosado, mozzarella, parmesano, quesos muy madurados.
Cereales, derivados y tubérculos: Maíz, arroz refinado, galleta de arroz no integral, quinoa, papa, yuca.
Leguminosas: Soja.
Dulces y edulcorantes: Coco seco, aspartame, ciclomato, sacarina, sucralosa, stevia, acesulfame K.
Vegetales: Acelga, apio, berenjena, kale, chauchas, ciboulette, endivias, espinacas, nabo, pepino, rábano, tomate, zanahoria, zapallo, morrón, zuchinni, jengibre, pepinillos en vinagre sin azúcar.
Frutas: Mandarina, pomelo, lima, naranja, limón, membrillo, ananá, frambuesa, moras azules, banana madura, higo, granada, coco, kiwi, maracuyá, papaya.
Carnes: Pescado, rojas y blancas magras, mariscos, moluscos, huevos.
Grasas: Aceites, manteca.
Bebidas: Agua, Infusiones de hierbas.
Alimentos que se deben evitar (HIGHT FODMAP):
Lácteos: Leche común, en polvo y condensada, yogur, quesos frescos, helados.
Cereales: Arroz integral y salvaje, cereales integrales, galletería en general.
Leguminosas: Garbanzos, porotos (judías y frijoles), guisantes, lentejas, habas.
Frutos secos: Almendras, pistachos, avellanas, maníes, pasas de uva y orejones
Dulces y edulcorantes: Azúcar, miel, golosinas, caramelos, chocolate amargo, cereales desayuno, sorbitol, isomaltosa, manitol, xilitol, polioles.
Vegetales: Ajo, cebolla, escarola, espárragos, lechuga, puerro, hongos, coliflor, brócoli, alcaucil, coles de bruselas, repollo.
Frutas: Manzana, pera, sandía, durazno, damasco, mango, ciruela, cereza, arándano, caqui, jugos de fruta.
Carnes: Embutidos, fiambres, salchichas, carnes procesadas, caldos de carne.
Bebidas: Cerveza, refrescos, té verde y negro, vino, mate, jugos envasados, bebidas destiladas.
Industrializados: Salsas, aderezos, adobo y la mayoría de los productos.
Alimentos que se deben limitar según la tolerancia:
Crema de leche, quesos mantecosos.
Boniato, rebozados, trigo cous-cous, avena.
Nueces de macadamia, semillas de sésamo, girasol y calabaza.
Apio, remolacha, palta, champiñones.
Melón, uva, frutilla, palta.
Café, té de frutas permitidas.
Como todo tratamiento antes de realizarlo se debe estar seguro de presentar esta patología y luego si desea hacer esta dieta asesorarse con un especialista en nutrición para guiarlo durante la misma.
A pesar de haber varios estudios experimentales positivos que demuestran su efectividad, aún se necesitan más investigaciones científicas para garantizar su eficacia.