Madre de 14 niños funda una nueva orden religiosa en la cual ni ella puede participar
En 2012, con la bendición de su arzobispo, Penny Michalak fundó las Hermanas del Fiat, que posee una espiritualidad que el mundo necesita profundamente ahora mismo.
Penny es una mujer fascinante. Aunque es la fundadora de las Hermanas del Fiat, no puede ser miembro de su propia orden, y por una razón comprensible: está casada y es madre de 14 hijos.
Según explicó: “Aunque parezca extraño, si Dios te pide algo, entonces tienes que responder con un ‘sí’. Porque, en realidad, el fundador de cualquier cosa es siempre el Espíritu Santo”. Por supuesto, está ejemplificando el corazón de la espiritualidad del “Fiat” en esa humilde frase, todo se reduce a decir sí a Dios, sea lo que sea lo que te pida.
Hasta ahora, las Hermanas del Fiat tienen solo una religiosa, pero según dicta la espiritualidad, tanto Penny y la hermana están en paz siendo conscientes de que cualquier crecimiento que conceda Dios a la orden llegará a su debido tiempo.
‘Fiat’ significa ‘así sea’ en latín. Es lo que dijo Nuestra Señora al ángel Gabriel en el momento de la encarnación. Así pues, esta ‘Espiritualidad del Fiat’ no es una espiritualidad nueva, ya que está arraigada en la Escritura, según se explica en el sitio web de las Hermanas del Fiat.
Pero su foco simple y poderoso en ese “entrar en el ‘sí’ de Nuestra Señora”, según lo explica Penny, es algo a lo que todos estamos llamados, sintamos o no vocación hacia la vida religiosa.
¿Cómo surgió esta espiritualidad? La acción del Espíritu Santo en la vida de Penny es una historia digna de contar.
En 2007, Penny Michalak nadaba en el mar cuando le picó algo sin identificar, enfermó y terminó en el hospital con peligro de muerte. Sin embargo, en la festividad de san Maximiliano Kolbe, después de la misa de vigilia de la Asunción, se curó de repente. Unos nueve meses después nació su hija Elena Rose, que tiene síndrome de Down.
Durante ese embarazo, Penny se sintió inspirada para escribir y rezar la coronilla del Fiat, que incluye la repetición de las palabras de Nuestra Señora: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según Tu voluntad”. La familia Michalak se consagró a Nuestra Señora y, desde entonces, la cosa se puso muy interesante.
Poco después de la consagración, Penny se inspiró para encargar una imagen, llamada ‘Nuestra Señora, Reina del Fiat’, que representa a Nuestra Señora siendo asunta a los cielos, con luz radiando del IHS en su vientre y el Espíritu Santo proyectándose hacia ella. Con sus brazos extendidos, se ha abierto totalmente a la voluntad de Dios.
Más imágenes siguieron a esta primera, junto con otra coronilla, la coronilla de la Flagelación, y un medallón, todo con la bendición de su arzobispo Joseph Kurtz.
La Espiritualidad del Fiat se resume fácilmente, pero no es tan fácil vivirla. En pocas palabras, se debe recordar siempre que “vivir la voluntad de Dios es la llave al paraíso”.
Nuestra Señora es el modelo perfecto de quien se ha rendido completamente a la voluntad de Dios, de modo que los seguidores de esta espiritualidad se consagran a ella usando el voto de consagración de san Maximiliano Kolbe, que pide a Nuestra Señora “que aceptes todo mi ser como cosa y posesión tuya”.
Penny afirma que “Nuestra Señora siempre da más de lo que damos nosotros” y, en esta consagración, “ella nos pertenece y nosotros le pertenecemos; es una relación recíproca”. Nuestra Señora no puede ser superada en generosidad. No hay don que se pueda dar que ella no pueda mejorar. Así que, entregarse uno mismo a Nuestra Señora, tan radical como suena, viene acompañado de una recompensa desmesuradamente mayor, ya que Nuestra Señora cuida bien de los suyos.