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7 consejos profesionales para renovar un viejo armario de madera

© Une hirondelle dans les tiroirs

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Camille Leclercq - publicado el 25/05/17
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Lijado, pintura, acabado… Todo lo que hay que saber para dominar las etapas básicas de la restauración de un mueble antiguo.

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Durante la Feria de París de 2017, tuvimos ocasión de asistir a la conferencia de Marie Ducreux, autora del blog Une hirondelle dans les tiroirs [Una golondrina en los cajones], en torno a la renovación de muebles viejos. Esta apasionada de la decoración y del DIY que se describe a sí misma como una “buscadora de gangas compulsiva” restaura con mucho estilo mobiliario vintage desde su taller de Nantes, muebles que luego revende en su tienda en línea.

Mesas de campo de madera, cómodas vintage, aparadores antiguos… Todo puede ser actualizado a los gustos actuales, según asegura Marie, que nos anima sobre todo a no tirar nada. Hemos aprovechado su presencia en París para plantearle todas las preguntas que surgen cuando se plantea la restauración de un mueble antiguo de madera, ya sea familiar o adquirido en un mercadillo.

  1. Limpieza: ¿Cómo preparar el mueble para su restauración?

Antes de todo, si vuestro mueble está sucio, María os aconseja limpiarlo. Para la limpieza, podéis ayudaros de un aspirador, de un cepillo o incluso de un paño húmedo. Si vuestro mueble no está demasiado sucio, podéis saltaros la fase del limpiado y pasar a la fase del lijado.

A menudo pasa que los muebles vienen recubiertos de un papel adhesivo para protegerlos. Para retirar fácilmente este papel, utilizad una pistola térmica o, en su defecto, un secador de pelo. Gracias al calor, el papel adhesivo se desprenderá sin dificultad. No dudéis en “serviros de una espátula de metal si fuera necesario”, precisa Marie. Para quitar el aspecto pegajoso, frotar con una lana de acero impregnada de acetona. Atención, hay que utilizar máscara y guantes para protegeros.

Una vez esté limpio vuestro mueble, desmontad todo lo que pueda volver a montarse fácilmente, como las partes unidas con tornillos o bisagras. Marie sugiere sobre todo retirar los pomos y las puertas. Poder trabajar con las partes en horizontal lo hace todo más fácil, ya sea para lijar o para pintar.

 

© Une hirondelle dans les tiroirs. Archivador antiguo adquirido en un mercadillo por Marie (antes de la renovación)
  1. Lijado: ¿qué grano y qué movimiento?

No os lancéis con vuestra pulidora con cualquier papel de lija. La elección del grano tiene su importancia. “La regla”, explica Marie, “es ir de un grano pequeño (por ejemplo, 80) a un grano elevado (180)”. De esta manera, eliminamos al principio las irregularidades antes de alisar luego la madera. Si tenéis previsto volver a pintar vuestro mueble, podéis “contentaros” con un grano 12. En cambio, si pensáis conservar la madera en bruto, habrá que lijar con un papel abrasivo de grano 240.

Ya lijéis a mano para los recovecos o a máquina para las superficies más grandes, no olvidéis “lijar en el sentido de las vetas”, precisa la bloguera. Una vez que esté pulido el mueble, hay que aspirarlo para poder aplicar la pintura o el papel pintado sobre una superficie bien limpia.

 

© Une hirondelle dans les tiroirs. Archivador antiguo restaurado por Marie
  1. Barniz resistente: ¿qué solución?

¿Por mucho que te esfuerces el barniz del mueble apenas se desconcha cuanto tratas de quitarlo? Poco amiga de los productos decapantes, por lo general muy tóxicos, Marie recomienda más la abrasión a chorro. Esta técnica, derivada del arenado o sand blasting, utiliza algún producto abrasivo chorreado con aire a presión que permite limpiar múltiples superficies, entre ellas la madera. Podéis alquilar el material o encargarlo a un profesional. Encargar que retiren el barniz resistente de una silla, por ejemplo, cuesta unos quince dólares.

 

© Une hirondelle dans les tiroirs. Mesas rústicas restauradas y modernizadas por Marie
  1. Rodillo o pincel: ¿cómo repintar?

Aunque Marie utiliza pinturas de la marca Ressource, conocidas por su capacidad para cubrir y por su fácil aplicación, pueden utilizarse muchas otras pinturas siempre que estén adaptadas para soportar el repintado. En todos los casos hay que tener en cuenta que, como con el lijado, hay una dirección para aplicar la pintura. Conviene, de hecho, cruzar las vetas.

“Personalmente, he observado que el mejor resultado se da aplicando primero perpendicularmente al sentido de las vetas y luego cambiar a seguir el sentido de las vetas”, indica Marie, que aconseja también no utilizar demasiada pintura en cada capa, sino más bien aplicar varias capas finas y estirar lo más posible la pintura. “Es preferible 3 capas finas a 2 gruesas. Esto supone una gran diferencia en términos de acabado”, continúa Marie, que utiliza un pincel para pintar los ángulos y que prefiere el rodillo para el resto para evitar dejar marcas de trazos.

Si utilizáis una pintura acrílica, es más aconsejable utilizar pinceles con pelos sintéticos, ya que no absorben el agua y, de este modo, no se deformarán. En el caso de los rodillos, si la superficie a pintar es lisa, Marie recomienda un rodillo de espuma o eventualmente un rodillo de pelo corto (10mm máximo). Truco de experta: “Para evitar tener que lavar el material y esperar a que se seque entre 2 capas, empapamos el rodillo y el pincel con pintura y lo enrollamos en film alimentario hasta el día siguiente. Así, la pintura no se seca”.

© Une hirondelle dans les tiroirs. En la habitación de Marie: un escritorio de segunda mano restaurado
  1. Patrones, plantillas: sed creativos

Siguiendo con la pintura, Marie anima a ser creativo y no volver a pintar el mueble por completo. Podéis marcar con una línea y solamente repintar la parte alta de un escritorio, por ejemplo, o solamente las patas de una mesa. Para una silla, podríais hacerle unos “calcetines” pintando solamente la parte baja de las patas.

Marie defiende que no hay que dudar en jugar con todas las superficies de un mueble para crear perspectivas. Pintar un motivo geométrico con la ayuda de cinta adhesiva para delimitar la zona a pintar o utilizar plantillas son también buenas ideas para modernizar un mueble antiguo.

© Une hirondelle dans les tiroirs. Escritorio repintado por Marie con una plantilla de estrella
  1. Acabado: ¿es necesario barnizar?

Una vez habéis repintado vuestro mueble, viene el tema del acabado. Solo faltaba que terminarais estropeando el mueble que acabáis de restaurar con tanto cuidado y paciencia… Si se trata de una mesa, el tablero a la fuerza va a sufrir mucho. Marie aconseja protegerlo utilizando un barniz mate, que no modificará el aspecto de vuestra pintura. Si hablamos de un armario, obviamente menos sensible a los golpes y a los arañazos que una mesa, podéis prescindir del barniz.

Por el contrario, si el mueble es muy utilizado y expuesto a salpicaduras de agua, como un aparador antiguo que hayáis transformado en mueble de sales de baño, habrá que aplicar un barniz extremadamente resistente. Según Marie, el más adecuado es el barniz marino que se usa para los barcos.

 

© Une hirondelle dans les tiroirs. Cama y mesitas de noche vintage renovadas por Marie
  1. Papel pintado, tela, papel adhesivo: ¿cuáles son las alternativas a la pintura?

Aunque le demos muchas vueltas a la pintura para cambiar el look de un mueble antiguo, Marie plantea también otras soluciones. El papel pintado es perfectamente apropiado para recubrir el fondo de un escritorio deteriorado o para alegrar el fondo de un armario.

Antes de pegarlo, la bloguera recomienda pintar el fondo en blanco para que evitar que la madera se note a través del papel. El papel adhesivo permite también renovar rápidamente el aspecto de un mueble viejo (y evitando la fase del lijado). El más popular en este momento es el papel adhesivo efecto mármol.

“La tela también es una opción muy buena, sobre todo para pequeñas superficies”, precisa Marie. La variedad es muy amplia, el precio atractivo y la aplicación muy sencilla. Recomienda utilizar barniz adhesivo (Mod Podge) aplicado sobre la superficie que se va a recubrir antes de extender el tejido. Es transparente y protegerá también la tela.

 

© Une hirondelle dans les tiroirs. Armario restaurado por Marie y personalizado con papel pintado

Los últimos consejos de Marie son relativos a la elección del mueble. Si podéis, evitad muebles antiguos pintados con pintura gliceroftálica y los muebles antiguos encerados. Con los primeros, la pintura es muy difícil de pulir; con los segundos, son difíciles de trabajar y necesitan el uso de productos químicos para eliminar la cera.

Si sois nuevos en la restauración de muebles antiguos, escoged un mueble fácil de pulir, con pocos recovecos y con bajo riesgo de perder la motivación a medio camino. Para juzgar lo fácil o no que será pulir el mueble, Marie aconseja analizar el estado del barniz: “Si el barniz ya está estropeado y agrietado, es muy posible que sea poco resistente al lijado”.

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