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¿Cuáles son las alergias alimentarias más comunes en niños?

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María Eugenia Brun - publicado el 10/05/17
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Algunos consejos para detectarlas y prevenirlas

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¿A quién no le ha pasado alguna vez haber escuchado que un niño no puede consumir determinado alimento porque es alérgico?

La alergia alimentaria (AA) es una patología que va en aumento en los países en desarrollo. Se cree que al menos un 5% de los niños tiene o ha tenido una alergia alimentaria.

Las dietas son muy diversas, dependen del área geográfica así como de las costumbres alimentarias de cada país. Por lo tanto, todos los alimentos son potencialmente sensibilizantes y a su vez resultan a veces ser los más consumidos.

Lo que sucede con los alérgenos en los alimentos es que contienen distintas proteínas. Cada una de ellas puede actuar como alérgeno. Algunas proteínas son específicas de cada alimento y otras son compartidas por otros alimentos de la misma especie o familia.

Por otra parte, se ha demostrado que, a partir del cuarto mes de embarazo, existe una sensibilización a determinado alimento y puede producirse- in útero- alguna reacción alérgica en recién nacidos que no han tenido contacto aún con ningún alimento.

Así como también, en aquellos bebés que no recibieron lactancia materna aumenta la prevalencia de desarrollar alergia a la leche de vaca.

¿Qué es una alergia alimentaria?

Es un conjunto de manifestaciones clínicas ligadas a una respuesta inmunológica frente a un alérgeno alimentario. A través de mecanismos como: tipo I (IgE) y tipo IV (celular).

¿Cuáles son los principales alimentos que pueden producir alergias en la infancia? 

Los principales alérgenos alimentarios de la infancia de mayor a menor frecuencia son:

  • Huevo
  • Leche de vaca
  • Frutos secos (maní, avellana, nuez, almendras)
  • Trigo
  • Soja
  • Pescado
  • Frutas  (melón, manzana, kiwi, frutilla, banana)
  • Legumbres (garbanzos, lentejas)

La frecuencia de los alérgenos involucrados varía con la edad del niño y los hábitos alimentarios de la población.

Con respecto a la leche de vaca lo más habitual es que remita a los cinco años. De acuerdo a estimaciones, un 2.5 % de los niños durante el primer año de vida presentan una alergia a la proteína de leche de vaca, esto se debe a que su sistema inmune se encuentra inmaduro todavía.

El alérgeno alimentario más prevalente durante la infancia es el huevo y en niños mayores de tres años, debido a su severidad en las reacciones es el maní.

En el caso de las frutas, las partes externas como la piel son las que suelen producir una reacción alérgica mayor que el resto de la fruta, debido a que la proteína se encuentra en la parte exterior principalmente.

¿Cuáles son las manifestaciones clínicas?

Las más frecuentes en la edad pediátrica son:

  • Síntomas mucocutáneos: urticaria-angioedema, síndrome de alergia oral, que se caracteriza por picazón a nivel oral o faríngeo.
  • Síntomas digestivos: vómitos, dolor abdominal y/o diarrea.
  • Síntomas respiratorios: asma, rinitis.

La asociación de 2 o más síntomas sugiere una alergia alimentaria.

¿Cómo se diagnostica?

Se comienza con una correcta recolección de datos nutricionales y una exploración física exhaustiva. Es importante conocer los síntomas y signos aparecidos, el contexto en el que sucedió la reacción, el tiempo de latencia y la cantidad de alimento ingerido, entre otros.

Luego se debe investigar si el niño presenta sensibilización IgE (inmunoglobulina E) mediada a los alimentos o alérgenos sospechosos.

¿Cuál es su tratamiento?

Se debe efectuar una dieta exenta de un solo alimento durante unos 15 días, que es el tiempo suficiente para valorar si hay una mejoría clara ante la reacción mediada por IgE. Se debe incluso leer las etiquetas de los alimentos, para ver que no lo contenga en algunos de sus ingredientes.

En caso de que se mejore debe continuar con la dieta estricta sin ese alimento.

Si se trata de una alergia a la leche o el huevo, se puede realizar un nuevo test para determinar la dosis tolerada y así poder reintroducir progresivamente -según la tolerancia- el alimento.

Sin embargo, con el maní, el pescado y los crustáceos la restricción es permanente porque nunca se alcanza un nivel de tolerancia.

Si con la prueba no produce síntomas, se vuelve a introducir el alimento en la dieta del niño, y se hace lo mismo con otro alimento al cual sea sensible.

¿Cómo prevenir las alergias alimentarias?

  1. A través de la lactancia materna exclusiva los 6 primeros meses.
  2. Luego incorporación de alimentos a partir de los 6 meses más lactancia materna.
  3. Durante el embarazo en madres con antecedentes de atopia y/o con hermanos con AA  hacer restricción en la dieta de alimentos alergénicos (maní, huevo y leche) a partir del 4° mes de embarazo.
  4. Durante la lactancia también en caso de antecedente claro de AA familiar lo ideal es realizar restricción alimentaria de alérgenos.
  5. En caso de uso de complementos nutricionales, una alternativa son las leches de fórmulas con hidrolizados parciales de proteínas lácticas, las cuales presentan, una reducción de al menos 10 veces del contenido antigénico de las leches convencionales.
  6. Utilización de probióticos (lactobacillus y bifidobacterias) como prevención o tratamiento de AA que modulan el sistema inmune innato y las vías inmuno-regulatorias.
  7. En niños menores de 1 año incorporar alimentos alérgenos de a uno por vez para probar tolerancia al mismo y en el momento indicado por el especialista.

Recuerda que si hay antecedentes de padres alérgicos a algún alimento, éste debe ser incorporarlo progresivamente para observar si tu niño también lo es. Toma en cuenta estas medidas preventivas y ante cualquier duda lo mejor es consultar a tu especialista.

 

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