Obispos Mexicanos: “El padre Felipe encarnó estas certezas que nos da la fe”Apenas ayer, Aleteia daba la nota del triste primer lugar mundial de periodistas (en país sin guerra) y sacerdotes asesinados que ostenta México y la lista de muerte se volvió a teñir de sangre con el asesinato de otro sacerdote más.
El cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal de México (CEM), José Francisco Robles Ortega, informó que el sacerdote indígena que servía a la comunidad en la prelatura del Nayar, Felipe Altamirano, fue asesinado el 26 de marzo por la mañana.
Encarnó las certezas de la fe
Este homicidio que viene a sumarse a la larga y dolorosa cadena de crímenes contra sacerdotes católicos que sitúa a México –segundo país con mayor número de católicos del mundo—a la cabeza de sacerdotes asesinados en la última década.
“En estos momentos en que nuevamente un sacerdote católico es alcanzado por el crimen, dirigimos nuestra mirada a Cristo Resucitado, quien nos confiere la fuerza para luchar por la construcción de un mundo reconciliado y en paz, justo y fraterno. La muerte no es el final del mensaje de amor que nos trajo nuestro Salvador, sino la vida en plenitud”, aseguró el presidente de la CEM en su comunicado.
Los obispos de México indicaron que “con su sacerdocio, el padre Felipe encarnó estas certezas que nos da la fe”. Pidieron a Dios que le “conceda a sus familiares y amigos la fortaleza, la esperanza y el consuelo de la fe”.
Escalada de violencia
México es hasta la fecha y por noveno año consecutivo, el país más peligroso para ejercer el sacerdocio en todo el planeta. Durante los últimos 26 años, según el Centro Católico Multimedial (CCM), han ocurrido 63 atentados contra miembros de la Iglesia católica, de los cuales 59 son crímenes arteros, dos corresponden a sacerdotes que siguen en calidad de desaparecidos y dos a secuestros frustrados.
Los recientes datos difundidos por el CCM, indican que de 1990 a 2017, la lista la encabeza un cardenal (el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo), 43 sacerdotes, un diácono, cuatro religiosos, nueve laicos y una periodista católica.
El reciente asesinato del padre Felipe Altamirano, se suman, en lo que va de 2017, al asesinato, en enero, del padre Joaquín Hernández, de la diócesis de Saltillo.
¿Qué se sabe?
De acuerdo a la versión difundida por fray Pablo Mejía Ramírez, vice-canciller de la prelatura del Nayar, el padre Felipe “regresaba de oficiar la misa dominical en la comunidad de Cofradía, perteneciente a su parroquia, acompañado de otras personas. Él conducía su vehículo y en algún momento del trayecto, le salieron al encuentro unas personas armadas, se presume que con la intención de asaltarlos. Se sabe que la única persona fallecida fue el padre Felipe y algunos de los acompañantes se encuentran heridos”.
El padre Felipe, tenía 53 años de edad, y era originario del rancho Las Palomas de ese mismo municipio de la sierra de Nayarit; fue ordenado sacerdote en 1989; fue Presidente de la Pastoral Indígena de la prelatura serrana y era titular de la Parroquia de Mesa del Nayar.