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13 reglas para vivir lo mejor posible tu primer retiro espiritual

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Gelsomino del Guercio - publicado el 17/02/17
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Los consejos del psicoanalista Albisetti: desde la edad hasta la responsabilidad

Normas, sugerencias preciosas (y muy personales) si por primera vez se deciden a tomar parte en un retiro espiritual. Son las que da el psicoanalista católico italiano Valerio Albisetti en Vivere con creatività (Vivir con creatividad) (Edizioni Paoline).

Hemos encontrado 13 consejos que pueden resultar útiles para emprender de la mejor manera un viaje al descubrimiento de la propia espiritualidad.

1Cuándo partir

En el transcurso de la vida, la persona debe experimentar una precariedad no sólo simbólica, sino profundamente vivida, generadora de sufrimientos. Lo que yo llamo el sufrimiento traumático.

Esta es la dimensión donde nace la exigencia de partir para el viaje. El trauma, con sus caracteres de imprevisibilidad y de violencia, nos introduce en la dimensión de lo desconocido. Y lo desconocido genera siempre miedo y fascinación.

2Las primeras trampas

Partir hacia el viaje significa también dejar de ceder a las voluntades de los demás, de dejarse condicionar por la opinión de los demás, de complacer a quien está cerca.

Si han decidido partir, háganlo sin sentir necesidad de dar explicaciones. Deben acostumbrarse a no ser comprendidos. También esta es la actitud correcta y sana para un viajero del espíritu, como yo llamo desde hace tiempo a mis lectores.

También porque, durante el camino de nuestra vida, encontraremos personas que intentarán dominarnos, manipularnos, casi siempre de manera subrepticia, enmascarada, disfrazada de buenismo, afectuosidad, amabilidades, falsedad, dándonos la ilusión de que lo hacen para nuestro bien. ¡Estemos en guardia!

3La edad correcta

De cuarenta años para arriba. Porque cuando una persona emprende el viaje espiritual, debe haber ya hecho experiencia del mundo, debe haber ya probado a construir su torre, debe haber probado a enamorarse, a vivir la sexualidad y, posiblemente, a amar.

Acercarse al viaje sagrado de la búsqueda del tesoro demasiado deprisa, lleva, casi siempre, al fracaso, y puede provocar daños, a veces irreparables.

4El encuentro con el mal y con el bien

Durante el viaje es posible encontrar situaciones de pecado, que se pueden definir como una dirección equivocada, una desviación, una desorientación, una experiencia temporal, episódica, que es posible remediar si se vuelve al camino correcto. Esta concepción no anula al ser humano, reconoce su dignidad y su responsabilidad, y su capacidad de re-orientación, de cambio y de conversión.

Y también reconoce su libertad. Libertad de decir no o sí. Libertad de alejarse de Dios, pero también la posibilidad de volver a Él.

5El mundo que nos rodea no es 'el enemigo'

No podemos continuar nuestra búsqueda si seguimos creyendo que el mundo en que vivimos es un universo hostil y enemigo. Si seguimos así, al final moriremos. Moriremos por dentro y para siempre.

Debemos volver a ser niños si queremos continuar el camino.

Cuando miras el mundo con los ojos de un niño feliz, lo ves lleno de belleza y de bondad. Ya no te lamentas ni vives de forma pasiva, como ciego y sordo, sino que participas en el espectáculo de la naturaleza.

6Trampas a evitar

Una trampa a evitar y que todos, antes o después, encuentran, es el propio pasado y las cosas que quisiéramos cambiar.

El pasado es pasado, y, como dice el mismo término, ya no vuelve. Así que debemos estar en él lo menos posible.

Otra trampa es creer que nos hemos realizado porque hemos llegado a los estados de vida que la sociedad establece. Por ejemplo, soy maduro porque tengo familia, tengo hijos, he llegado a una buena posición laboral. Nada más erróneo.

7No perder el tiempo

¿Quiénes somos para juzgar? Solo Dios puede juzgar. Nosotros podemos y debemos evitar frecuentar a las personas que impiden nuestro viaje, o que quieren dominarnos o manipularnos, pero el juicio no nos compete. Así debe ser el trato con los demás.

Ya sabes que eres único e irrepetible y tienes que seguir tu camino, tu vocación, que es distinta para cada uno de nosotros.

8La felicidad

Si sigues tu vocación no te aburrirás nunca. Tendrás la feliz sensación de ser plenamente tú mismo y te sentirás unido a los demás. Llevarás finalmente una vida auténtica.

Entre otras cosas, las personas que siguen su vocación se reconocen en seguida: son concentradas, determinadas, poseen una visión clara de sí mismas y de lo que las rodea, no derrochan energías inútilmente, no siguen ilusiones, mitos falsos. En resumen, no se dejan desviar de su viaje hacia el tesoro.

9La neurosis

No podemos continuar este viaje si no reducimos al mínimo nuestras neurosis. Lo ideal sería eliminarlas completamente, pero parece que la naturaleza humana hace imposible este objetivo. Pero reducirlas al mínimo es el primer trabajo interior que hay que hacer.

Si no se trabaja sobre las propias neurosis, estas dominarán nuestros pensamientos y acciones. Y nosotros somos más que esto.

10El saber que uno va a morir

La humanidad, su capacidad de dar sentido, su libertad y su capacidad espiritual, se sitúan entre el aceptar o no el hecho de que uno tiene que morir, lo quiera o no.

Según Albisetti, quien no vive esta dimensión no puede vivir una vida sensata, aunque paradójicamente tenga éxito en el trabajo, en el dinero y en los hijos como continuación de la propia vida.

La mayor parte de nuestros contemporáneos no quieren saber que tienen que morir. Quien no quiere aceptar esto, no puede hacer el viaje en busca del tesoro.

11Las responsabilidades

El que está en viaje sabe que Dios le llama siempre a volver a sí mismo, a sus propias responsabilidades y sus consecuencias.

La persona está llamada continuamente a una revisión crítica de su propia personalidad, y sobre todo a superar la tentación de proyectar en los demás los propios problemas, negándolos como propios.

12La figura del consejero

En los retiros espirituales es importante el encuentro con una persona más anciana que te toma de la mano, que se hace tu amigo, que te aconseja, te guía, te ayuda a revisar tu situación. De lo contrario, podrías perderte.

13Viajar seguro de uno mismo

No seas competitivo. He conocido a personas que se han vuelto paranoides, que son capaces de hacer cualquier cosa para superar a los demás.

Las personas valen más que las cosas. Para ser felices no hacen falta las riquezas materiales. Mira a un niño: es plenamente feliz por el simple hecho de estar vivo.


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