Una huelga policial en el estado brasileño desató el descontrol y hay decenas de muertos En los últimos días el estado brasileño de Espíritu Santo acaparó la atención mediática debido a una insostenible oleada de violencia e inseguridad desatada a raíz de una huelga de la Policía Militar (encargada de la vigilancia y seguridad) que empezó el pasado viernes. En las últimas horas se sumaron también los agentes de la Policía Civil (tareas judiciales y de investigación) como respuesta a un asesinato de uno de sus integrantes.
Según diversos reportes de prensa e informaciones oficiales, se incrementaron los saqueos, agresiones y muertes violentas. En tan solo cinco días se registraron más de 80 muertos.
La ciudad de Vitória, la capital del estado, ha sido la más afectada.
Lo que en un principio comenzó con movilizaciones sociales de parte de familiares de policías militares para que el estado les brinde mejores condiciones, luego prosiguió con la seguidilla de actos delictivos, vandalismo hasta la generación de un total descontrol que se mantiene actualmente.
Debido a esta situación el gobierno de Brasil decidió el envío de tropas del Ejército Brasileño. En un primer momento llegaron más de 200 y estaba previsto el arribo de otros 1.000 efectivos.
Entre tanto, los familiares siguen reclamando ajustes salariales, además de otras consideraciones. Desde el lado de las autoridades locales se indica que el pedido no es razonable argumentando que el país vive una situación crítica a nivel económico con un escenario de recesión en muchos estados al borde de la bancarrota.
Lo que ahora resta esperar es el restablecimiento del orden, que la violencia logre controlarse, que no haya más muertes y que los oportunistas que han aprovechado el caos generalizado aumentando el desorden puedan ser detenidos.
Un fuerte llamado a la oración
En las últimas horas, los obispos de las diócesis pertenecientes al estado de Espíritu Santo emitieron un comunicado convocando a los fieles y todos los hombres de buena voluntad a rezar para que “se logre serenidad, paz y justicia”, expresan los obispos, reproduce Gaudium Press.
“Pidamos también al Señor que no prevalezca el poder, sino el sentido común, el diálogo, el entendimiento y se llegue a una decisión sabia que engrandezca nuestra sociedad. ¡Que Dios ilumine y dé sabiduría a nuestros gobernantes y a las personas constituidas en autoridad!”, agregan.