La humilde boda de una pareja keniana fue perfecta, no faltó nadaLa mayoría de las parejas que planifican una boda en nuestra cultura de hoy, en algún momento del camino, pierden el objetivo esencial de tanto preparativo. La belleza del matrimonio queda eclipsada ante los esfuerzos por buscar el emplazamiento perfecto, las decoraciones y los atuendos más pintorescos y, por supuesto, terminar la lista de invitados, fotógrafos y arreglos para la luna de miel, por nombrar algunas cosas.
Aunque todas estas cosas son, en efecto, importantes, con demasiada frecuencia motivan que la pareja pierda de vista la unión sagrada a la que están a punto de consagrarse durante el resto de sus vidas. Primero y ante todo, una boda debería girar en torno a un concepto: un hombre y una mujer que se convierten en marido y esposa.
El casamiento de una pareja en Kenya, entre Ann Wambui de 24 años y su flamante marido Wilson Mutura, de 26, reflejó este concepto con hermosa sencillez. Para conservar el dinero, únicamente tuvieron gastos en sus anillos.
La celebración de la boda tuvo lugar sin el bombo habitual de las grandes celebraciones y con los novios vestidos con camisetas informales. “Escogieron realizar así su boda debido a su situación financiera”, explicó en un artículo de Splendor Magazine el sacerdote Ojwach, quien ofició la ceremonia. “No decidieron de un día para otro que querían unirse”, añadió. “Hace tres años que son novios”.
Cuando se corrió la voz de que esta joven pareja se había casado en circunstancias tan humildes, varias empresas decidieron ofrecerle paquetes de boda para compensar por lo que, en apariencia, faltaba en su sencilla ceremonia. Como resultado, los Mutura recibieron un paquete de bodas totalmente financiado, una luna de miel con los gastos pagados y una sesión de fotos completa con maquillador particular.
Por supuesto, la oferta de estas empresas fue muy generosa y es fantástico que la pareja tenga la oportunidad de celebrar su unión de una forma que nunca podrían por sí solos. Saborearán un viaje romántico juntos en la luna de miel gratuita y atesorarán las preciosas fotos de la sesión fotográfica. Pero, ¿por qué pensaría cualquiera que mirara las fotos de la ceremonia de aquel día, que no fue perfecta tal y como fue?
Su matrimonio, tal y como lo celebraron originalmente, no estaba falto de nada porque careciera de todos los decorativos materialistas. Au contraire. Fue una visión auténtica y refrescante de la unión marital en su expresión más sencilla: un hombre y una mujer unidos para siempre ante Dios.
No hay fiesta lo bastante espléndida, luna de miel lo bastante maravillosa ni fotografía lo bastante perfecta que pudiera añadir o arrebatar nada a esa unión sagrada.