“No te des por vencido ni aun vencido”
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Aunque no hay parangón, en fútbol, equivaldría a remontar un 3 a 0. En boxeo, a ganar después de ser derrumbado en dos o tres rounds consecutivos. En tenis, era sencillamente el escenario más negativo, con escasísimos precedentes, con esperanza en el espíritu deportivo antes que en la lógica. Y el corazón le ganó a la razón.
Era el momento de hacer las valijas en Zagreb, sede de la final de la Copa Davis 2016. Juan Martín del Potro perdía 2 sets a 0. Si ganaba uno más el croata Marin Cilic, la Copa Davis se quedaba en Croacia con los locales. Nada anormal hasta el momento, ya que el argentino, 38 del ranking mundial, perdía contra el local número 6 del mundo y en su mejor temporada.
Del Potro parecía retirado del tenis en 2015. Él mismo dudaba de poder regresar a los circuitos, de los que había sido un gran animador en 2009, ganando incluso el US Open. Una lesión de muñeca lo tuvo al borde del adiós. Pero regresó. Arrancó el año 1042 del mundo y sin siquiera un entrenador.
Ya en los Juegos Olímpicos de Río, instancia con la Davis que permite a los tenistas representar y jugar en nombre de su país, le tocó enfrentar al serbio Novak Djokovic en primera ronda, entonces número 1 del mundo. Del Potro le ganó. También a Andy Murray, entonces 2 del mundo, en Glasgow, su casa, por la Copa Davis. Pero nunca en su trayectoria Del Potro había podido remontar un partido que perdía por 2 sets a 0.
Lejos de ofuscarse, comenzar a romper camisetas o raquetas, Del Potro se aferró a cada punto para dar lo mejor de sí en cada uno, y esperar una ventana abierta. En el medio, tuvo destacados detalles deportivos como el detener el partido para asegurarse que una joven alcanza pelotas esté bien tras un accidente con un saque de Cilic. O tratar cariñosamente a un árbitro mientras se resolvía un conflicto con la pantalla.
Concentrado en no cometer errores, aguardó. Y tuvo su oportunidad. Sobre el final del tercer set, logró sacar una mínima ventaja y llevarse el parcial. Lo mismo en el cuarto set. Y en el quinto. Y cerró un gran año personal, apuntalado por los grandes rendimientos representando a su país tanto en los Juegos Olímpicos como en la Davis.
Del Potro le regaló así a la Argentina una última chance, una última oportunidad para que el país pueda convertirse en 2016 por primera vez en Campeón de la Copa Davis, torneo esquivo en 116 años, y en los últimos diez truncado en tres finales. Algo que ni teniendo prácticamente tres Top Ten en simultáneo había logrado.
Una última chance que debía jugar Federico Delbonis, ranking 41 del mundo, contra Ivo Karlovic, ranking 20. Un croata al que la federación local salió a buscar y con el que tuvo que negociar económicamente, según afirmó el subcapitán argentino, para que juegue. Del otro lado, Delbonis, uno de los argentinos que priorizó armar su calendario de competencia, como sus otros compañeros, pensando en cómo servir mejor al equipo de Davis. Con menos laureles, menos ranking. Pero Delbonis dominó por completo al croata de 2.11 mts. Lo venció en tres sets.
Y así, Argentina, en un año en el que no logró tener ni un jugador entre los primeros 30 del mundo, en un año que le tocó jugar todos los encuentros de la Davis como visitante, logró romper todas las estadísticas que no hallaban en la era moderna un campeón con tantas dificultades.
Al filo de la derrota, el equipo argentino de Copa Davis logró remontar un escenario absolutamente adverso y mostrar desde el deporte de alta competencia una nueva carta de aquella máxima que proclama el poeta argentino Almafuerte: “No te des por vencido ni aún vencido”.
Juan Martín del Potro pudo volver y hacer lo que era casi imposible, se felicita Oleada Joven: recuperar su estado físico y rápidamente volver a su mejor nivel profesional o incluso mejor al que tenía cuando había tenido que dejar. Incluso se trajo una medalla de plata de los Juegos Olímpicos para la Argentina en lo que él considero “la semana más increíble” de su vida.
En las vísperas a jugarse la final de la Copa Davis, la marca deportiva que lo auspicia, publicó un emotivo video sobre su recuperación: “Si tu carrera llega a su fin, empezá una nueva”. Entre diferentes personalidades del deporte, el mismo Javier Mascherano animó al Tandilense en su cuenta de Twitter.
#justdoit pic.twitter.com/Jx3GToL0lj
— Javier Mascherano (@Mascherano) November 24, 2016
“Estuve muy cerca de no poder volver a jugar nunca más” cuenta Juan Martín del Potro recordando por lo que pasó. “Fui a mi ciudad, estuve en Tandil mucho tiempo, medio peleado con la raqueta, peleado con mi muñeca y sin saber nada con el deporte. Empecé a disfrutar algo diferente de la vida, a compartir cosas con mis amigos y con mi familia. (…) Eso me ayudó a no bajar los brazos nunca. Me dieron la energía y la fuerza de decir “lo voy a intentar una vez más”.