Una tradición que desgraciadamente se va perdiendo
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
En muchos países de América Latina tienen una bonita tradición que es pedir la bendición a los padres, parientes mayores o personas de respeto; al levantarse y al acostarse, al salir y al llegar a la casa, al partir o al regresar de un viaje.
Es hasta el día de hoy muy usada en casi toda Venezuela y en varios lugares en Colombia, en Perú lamentablemente lo usan ya muy pocos, los ancianos sobre todo,… es una práctica muy bonita que poco a poco se va perdiendo.
En Venezuela forma parte de su identidad o cultura, incluye a todos no importa si son religiosos o no. Así se oye en todos los estratos sociales: “Bendición mamá…” y responden: “Dios te bendiga, Dios te proteja o Dios te favorezca”. Si suena el teléfono y es un pariente enseguida contestan “aló, bendición” y los niños muy pequeños que todavía no saben hablar simplemente colocan sus manitos juntas para que se les de la bendición.
En Colombia se usa más en el interior del país que en la costa y lo hacen de esta manera: “Bendición y responden: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén”; “mi Dios y la Virgen los bendigan”; “Dios me lo bendiga miji”. “Bendición” y responden: “santico(a)”.
Se podría decir que esta tradición tiene raíces bíblicas: podemos encontrarla claramente en el relato de la visitación, cuando el arcángel le dice a santa María “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!” (Lc 1:42), o también Simeón para con la Sagrada Familia: “Simeón los bendijo, y dijo a su madre María…” (Lc 2:34) Jesús es fuente de bendiciones: con los niños “Jesús tomaba a los niños en brazos e, imponiéndoles las manos, los bendecía.”(Mc 10:16) y lo dice también san Pablo (Rm12:14), “bendigan a quienes los persigan: bendigan y no maldigan”.
Lo cierto es que esta hermosa tradición familiar poco a poco se va perdiendo. ¿Por qué? Se podrían aventurar varios motivos pero lo lindo sería tomar ejemplo de los que todavía lo hacen y comenzar al menos en casa con nuestros, hijos, sobrinos, ahijados,… aunque a algunos les parezca extraño es como encomendar todo el bien de Dios a quien más amamos.
Para terminar les dejo esta bonita oración para pedir por los hijos:
Señor, por medio de esta oración, te pido
que derrames tu sabiduría sobre mis hijos.
Que los bendigas con creatividad, valentía, habilidad y abundancia.
Que los dotes de buena voluntad, autocontrol y disciplina.
Que los rodees de buenas amistades y les des salud.
Padre Santo, bendícelos con una actitud noble, y una actitud positiva en la vida.
Libra a mis hijos, Señor, de cualquier peligro, y guíalos con bien a casa cada día.
Los pongo en tus manos y los consagro a ti,
en nombre de tu propio Hijo, Jesucristo nuestro señor.
Amén.