Con motivo del Año de la Misericordia
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El crucifijo de San Damián ha dejado la Basílica de Santa Clara en Asís, donde ha estado custodiado desde que las clarisas fueron realojadas aquí, a la muerte de Santa Clara, para ser recolocado en el lugar en el que San Francisco lo vio. Aquí rezó, al inicio de su conversión y aquí escuchó el mandato “ve y repara mi casa que, como ves, está en ruinas”.
“Nos encontramos en la capilla de la Basílica de Santa Clara que custodia el crucifijo de San Damián, aquel Jesús que habló a San Francisco al inicio de su camino de conversión. Aquel acontecimiento que Giotto reflejó maravillosamente en su fresco de la Basílica de Asís. Hoy es un momento histórico porque la comunidad de las hermanas clarisas –explica fray Enzo Fortunato, responsable de comunicación del Sacro Convento- en sintonía con la provincia de los frailes menores, han pensado, en vista a lo extraordinario del Año de la Misericordia, de trasladar, por cinco días, el crucifijo a su lugar original, a la iglesia de la cual ha cogido el nombre”.
“Un momento de gran importancia, desde el punto de vista histórico, pero también de gran profundidad espiritual, nos vienen a la mente –continua fray Enzo- las palabras del Santo Padre al inicio del Jubileo que deseaba una Iglesia que caminase, edificase y confesase a través de la fe, a través del Señor. El centro es “edificar”, lo mismo que le pedía a Francisco el Señor y que hoy nos pide a cada uno de nosotros a través de nuestro estilo de vida”.
Esta no es su primera “salida”
El mediodía del 22 de marzo de 1953, por el VII centenario de la muerte de Santa Clara, el crucifijo dejó la Basílica para realizar un solemne peregrinaje por las calles de Asís hasta la Piazza del Comune, pero, en aquella ocasión, no llegó a entrar en la iglesia de San Damián.