“Herida, nunca dejaré de amar”, es el lema de estas mujeres
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Cuando en 2013 cuatro miembros de la Comunidad de las Hermanitas del Cordero —Judith (Francia), Angela (Austria), Marie-Alexandra (Francia) y Agape (EE.UU.)— llegaron a Lyon, Francia, el día de Todos los Santos, el arzobispo de Lyon, el cardenal Barbarin, les pidió una cosa: “…salid a las calles con vuestros hábitos para que la gente sepa que Dios existe”.
Como hermanas religiosas mendicantes (que piden limosna), la misión de las Hermanitas del Cordero es dar testimonio del amor de Dios, ser un reflejo de Su radiante dicha y fomentar la amistad entre las personas.
Después del ataque terrorista del 13 de noviembre en París, la Comunidad se convirtió en un oasis de paz y calma para todo aquel que cruzara su rellano. Ahora, las Hermanitas quieren echar raíces en la ciudad y establecer una más larga y sustancial presencia.
La diócesis de Lyon ha ofrecido a las hermanas un pequeño terreno en el centro de la ciudad para un nuevo monasterio. Constará de tres partes: una capilla en el centro del monasterio, abierta al público; una casa comunal, con un refectorio de “mesa abierta” y un lugar para dar la bienvenida a personas necesitadas; y un claustro, con doce celdas, un oratorio y una biblioteca para la oración y el estudio en soledad de las hermanas.
CredoFunding está ayudando a las Hermanitas a recaudar dinero para su monasterio y la Comunidad ya está a medio camino de alcanzar su objetivo. Hay otros nueve monasterios de las Hermanitas del Cordero repartidos por otras partes del mundo. La misión de cada monasterio es la de “ser una luz del Evangelio en el corazón de la ciudad” y eso es precisamente lo que, con suerte pronto, podrán ofrecer a los habitantes y visitantes de Lyon.