¿Por qué me enriquece quien al parecer no tiene nada?
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Amar y servir a los más pequeños y a los más necesitados es una de las obras más hermosas que podemos realizar.
Llena nuestros corazones de alegría y nos hacer experimentar que nosotros, en realidad, somos los más necesitados; que siempre recibimos más de lo que damos y que realmente, el rostro y la mirada de Dios –cuando lo veamos en el cielo– se va a parecer mucho a la de una de esas personas sencillas a las que amamos.
“La pobreza cristiana es que yo doy de lo mío y no de lo superfluo, incluso de lo necesario al pobre, porque sé que él me enriquece. ¿Y por qué me enriquece el pobre? Porque Jesús ha dicho que Él mismo está en el pobre. Cuando me despojo de algo, pero no solo de lo superfluo, para dar a un pobre, a una comunidad pobre, esto “me enriquece”. Jesús actúa en mí cuando hago esto y Jesús obra en él, para enriquecerme cuando hago esto” (Papa Francisco).
Te dejo 6 cosas que veo de mí mismo cuando me acerco a un pobre, un pequeño o a alguien que sufre:
Artículo originalmente publicado por Catholic Link