En estos días, las pastelerías de todo el mundo de habla hispana están surtidas de un tradicional dulce llamado Roscón de Reyes o Rosca de Reyes. Como su nombre (y la fecha de su consumo) indica, está vinculado a la fiesta de los Reyes Magos, de gran raigambre hispana.
Se trata de una especie de masa dulce dispuesta en forma de corona, y adornada con frutas escarchadas y masa de azúcar imitando joyas, o bien almendras tostadas.
Aunque las recetas varían según el lugar, básicamente se realiza con harina, manteca, levadura, azúcar y huevo, y se aromatiza con agua de azahar, que le da ese olor tan característico.
Rosca con sorpresa
Lo más característico de la rosca de reyes es que lleva una “sorpresa” escondida en su interior: un haba seca, una moneda o una figurita, que puede ser de un niño Jesús o de un rey mago.
En algunos lugares, a quien le “toca” el haba o la figura, tiene que invitar al resto de comensales (en México se acostumbra a que el “agraciado” invite a comer el día de la Candelaria), o bien se queda con la corona de cartón que acompaña al dulce.
La tradición de comer este dulce es muy antigua. Algunas hipótesis vinculan su origen a las fiestas saturnales en la época romana, en relación con los augurios de prosperidad. En la era cristiana, la fiesta de la Epifanía fue instaurada en el siglo IV.
Algunos historiadores como el español Julio Caro Baroja encuentran vestigios de la tradición de comer la rosca con el haba en su interior en textos y tradiciones del siglo XII en España. Es indudable que desde este país, la tradición pasó a América Latina.
Suele tomarse relleno de crema o nata, o bien acompañado de chocolate a la taza. Lo suyo es tomarlo como desayuno el 6 de enero... dejando un trozo para que sus Majestades los Reyes Magos lo prueben.
Hay muchas recetas, aquí os ofrecemos una:
Ingredientes
Masa madre:
- 90 gr de harina de trigo
- 50 ml de leche (entera o desnatada, la que prefieras).
- 2 gr de levadura fresca.
Masa:
- 350 gr de harina de fuerza.
- 100 ml de leche.
- 2 huevos.
- 70 gr de azúcar blanco.
- 15 gr de levadura fresca.
- 1 cucharadita de postre de sal.
- 1 cucharada sopera de agua de azahar (alrededor de 10 ml).
- La ralladura de media naranja y medio limón.
- 60 gr de mantequilla.
Decoración:
- Frutas confitadas al gusto.
- Almendras laminadas.
- Azúcar humedecido con agua.
Preparación
Preparar el prefermento, la noche anterior. Calentar los 50 ml de leche en un vaso apenas 5 segundos en el microondas para que se temple un poco. Diluir la levadura en la leche ayudándote con una cuchara, hasta que se disuelva por completo.
Poner la mezcla en un pequeño bol o recipiente (que tenga tapadera) y añade 90 gr de harina. Mezclar y amasar ligeramente, tapar e introducir en la nevera hasta el día siguiente.
Al día siguiente, sacar la masa madre de la nevera.
Mezclar el resto de la harina, el azúcar y la sal. Calentar un poco la leche, añadir la levadura, el agua de azahar y la ralladura de limón y naranja.
Verter esta mezcla en el bol donde está la harina, el azúcar y la sal, e incorpora también la masa madre y uno de los huevos. Mezclar todo muy bien, y dejar reposar 10 minutos.
Incorporar la mantequilla en pequeños trocitos. Amasar todo, dejar fermentar hasta que doble su volumen.
Darle forma y crear el característico agujero en el centro. Esconder el haba y el regalo, envueltos en papel film, por debajo de la masa, apretándolos para que se queden en su interior.
Batir el huevo restante, y pincelar la masa con él. Dejar fermentar hasta que vuelva a doblar su volumen.
Pincelar de nuevo con huevo y decorar con frutas confitadas en rodajas, azúcar blanco ligeramente humedecido, frutos secos como almendras laminadas, etc.
Calentar el horno a 180ºC y hornear entre 20 y 25 minutos, hasta que se dore.